“La capa de hielo derretida de Groenlandia podría generar más aumento en el nivel del mar de lo que se pensaba si las emisiones de gases de efecto invernadero siguen aumentando y calentando la atmósfera a su ritmo actual”, señaló un estudio, que utilizó datos de la campaña aerotransportada de la operación IceBridge de la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA).
El deshielo acelerado en Groenlandia por la emisión de gases de efecto invernadero, contribuye al aumento en el nivel del mar, incluso algunas islas comienzan a sentir los estragos y podrían desaparecer; y las predicciones no son nada alentadoras para varios países.
El estudio publicado en “Science Advances” puntualizó que en los próximos 200 años, el derretimiento contribuiría a 48 centímetros y 1.63 metros al aumento del nivel del mar.
“Estas cifras son al menos 80 por ciento más altas que las estimaciones anteriores, que pronosticaron un aumento del nivel del mar de 88 centímetros desde el hielo de Groenlandia”.
Los daños del cambio climático en el planeta quedaron de manifiesto esta semana con la publicación de una fotografía del científico del Instituto Meteorológico de Dinamarca, Steffen Olsen, quien captó a varios perros esquimales tirando de un trineo con las patas bajo el agua, cuando entre lo que tendrían que estar caminando debería ser una capa de hielo, de 1.2 metros de espesor.
Además, un oso polar fue visto esta semana caminando en las calles de la localidad rusa de Norilsk en busca de comida, una imagen que al igual que la fotografía de Olsen se volvió viral en redes sociales.
El pasado jueves, más del 40 por ciento de Groenlandia experimentó un derretimiento, con una pérdida de hielo estimada en dos mil millones de toneladas, un hecho inusual para el mes de junio, de acuerdo con expertos.
El repentino aumento en la fusión es inusual, pero no sin precedentes, señalaron expertos del Servicio Geológico de Dinamarca y Groenlandia, que predijeron en mayo pasado que este año 2019 “sería un gran año de fusión para Groenlandia”.
Apuntaron que la temporada estaba iniciando tres semanas antes que el promedio y que además la cubierta de nieve ya era más baja de lo normal en el oeste de Groenlandia, dos factores que combinados harían de este año un derretimiento grande, incluso superior al récord registrado hace siete años.
Científicos del Instituto de Geofísica de la Universidad de Alaska Fairbanks, dirigidos por Andy Ashwanden, desarrollaron un modelo y ejecutaron 500 simulaciones por computadora hasta el año 3000 para tres posibles escenarios climáticos futuros, ajustando las variables clave de la Tierra, el hielo, el océano y la atmósfera para probar sus efectos en la tasa de derretimiento del hielo.
Dijeron que los “tres escenarios climáticos dependen de la cantidad de emisiones de gases de efecto invernadero en la atmósfera en los próximos años. En el escenario sin reducción de emisiones, el estudio encontró que toda la capa de hielo de Groenlandia probablemente se derretirá en un milenio”.
“En el escenario en el que las emisiones se estabilizan para fines de siglo en lugar de seguir aumentando, el modelo muestra que se perdería un ocho por ciento; mientras con un cambio climático moderado la pérdida de hielo sería de entre 26 y 57 por ciento de su masa actual y en el peor de los casos entre 72 y 100 por ciento”, añadieron.
No nada más en Groenlandia
El hielo se derrite también en otro punto del planeta, en los glaciares del Himalaya, en el continente asiático, donde el deshielo se ha duplicado en los últimos 40 años, afirmaron investigadores en un artículo publicado en la revista científica “Science Advance”.
De acuerdo con los resultados, desde el año 2000 el grosor de los glaciares del Himalaya se ha reducido en un promedio de 0.5 metros por año. Los glaciares del Himalaya suministran agua a las cuencas densamente pobladas en el sur de Asia, por lo que es de vital importancia que se realicen observaciones regionales del cambio de esas enormes masas de hielo para comprender los factores climáticos que influyen en la aceleración del derretimiento.
Advirtieron que las pérdidas continuas de los glaciares tendrán un gran impacto a corto plazo y podrían causar inundaciones en las regiones bajas, mientras a largo plazo millones de personas en la región que dependen del agua de deshielo podrían experimentar dificultades durante los años de sequía.
Asimismo reportes de prensa señalan que el archipiélago de San Blas, perteneciente a Panamá y donde habita la comunidad Guna Yala, está entre las zonas perjudicadas de América Latina, ya que el aumento en el nivel del mar amenaza con inundarla, por lo que las autoridades han pedido a sus habitantes que desalojen de forma voluntaria.
National Geographic ha alertado que algunas ciudades como Barcelona, Lisboa, Londres y Venecia, así como Dinamarca y Holanda también podrían desaparecer por el deshielo, al igual que Miami, Nueva York, Washington, San Diego y Los Ángeles, en Estados Unidos.
En América Latina podrían verse afectadas localidades mexicanas como Cancún y Veracruz; Buenos Aires, en Argentina; Río de Janeiro, en Brasil; Montevideo, en Uruguay; y Lima, en Perú, todas en el Altántico.