La Fórmula 1 tiene un nuevo nombre que empieza a incomodar a los veteranos y a seducir a los poderosos: Gabriel Bortoleto. El brasileño de 20 años, debutante con Sauber en 2025, está firmando una temporada que lo coloca de inmediato como uno de los talentos más codiciados de la parrilla.
Su última actuación en Monza lo confirma. Clasificó por delante de Nico Hülkenberg por sexta vez consecutiva y sumó puntos por cuarta ocasión en seis carreras, finalizando octavo en el Templo de la Velocidad. Números que no pasan desapercibidos, mucho menos cuando llegan en un auto que dista de ser protagonista.
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La obsesión de los grandes equipos
El rumor ya es imposible de ocultar: los mejores equipos de la F1 lo están siguiendo de cerca. Bortoleto no solo brilla en resultados, también en consistencia y madurez. Su estilo agresivo pero calculador lo convierte en un diamante en bruto para escuderías que buscan sangre nueva sin perder fiabilidad.
Dentro del paddock, se habla de un interés real de Red Bull, Ferrari y Mercedes, aunque su presente inmediato está ligado a Sauber y a la transformación de la escudería hacia Audi en 2026. Pese a ello, el nombre de Bortoleto ya se discute en las mismas mesas donde se definen campeonatos.
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¿El próximo gran latino en un auto campeón?
La comparación con otros rookies es inevitable. Isack Hadjar también ha causado sensación en 2025, pero en las discusiones más polémicas, hay quienes aseguran que Bortoleto tendría ventajas claras: viene de conquistar F3 y F2 de manera consecutiva y cuenta con un mentor de lujo, nada menos que Fernando Alonso.
Ese respaldo lo coloca un paso adelante. Tener como consejero a uno de los mejores pilotos de todos los tiempos le da una visión estratégica que pocos debutantes poseen. Cada carrera no solo le suma kilómetros, también le da retroalimentación directa de un bicampeón mundial.
En un mundo donde los contratos cambian de un día a otro y los asientos de élite son escasos, Bortoleto se ha convertido en una joya que todos quieren tener. El presente lo amarra a Audi, pero el futuro inmediato podría escribir otra historia: la del próximo latinoamericano peleando campeonatos en la Fórmula 1.