Cadillac todavía no debuta en Fórmula 1 , pero ya vive la adrenalina de un campeonato paralelo, lejos de cámaras y fanáticos. Mientras diez equipos compitieron en Monza, un undécimo lo hizo en silencio: Cadillac. El equipo estadounidense montó un Gran Premio ficticio, completo, con simuladores, ingenieros y hasta compromisos de prensa virtuales, como si ya estuvieran en la parrilla.
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Lo que parecía un simple ensayo se convirtió en un laboratorio de presión: estrategias de carrera, análisis de fiabilidad, reuniones técnicas y simulación de escenarios con Safety Car. Todo, menos el rugido real del motor. En Charlotte y Silverstone, más de 50 personas trabajan como si cada vuelta definiera puntos.
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El “campeonato fantasma” de Cadillac
El experimento comenzó en Barcelona y se repitió en Monza. Cada sesión fue copiada al detalle: prácticas libres, clasificación y carrera. Los ingenieros aprendieron a coordinarse como si estuvieran bajo el cronómetro de la FIA, incluso con verificaciones de fiabilidad de un coche virtual.
No faltaron las charlas de estrategia, ni los simulacros de entrevistas con pilotos. Cadillac ensaya lo invisible, lo que los fans nunca ven, pero que sostiene cada victoria real. Su plan es claro: debutar en Melbourne 2026 como un equipo que ya probó las mismas presiones de un Gran Premio… solo que en las sombras.
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El puente hacia Checo Pérez
Aquí es donde todo conecta con Checo Pérez. El mexicano ya confirmó su llegada a Cadillac, y cada simulación no es solo un ensayo del coche: es un ensayo de su futuro. Cuando se suba al monoplaza, no aterrizará en un equipo improvisado, sino en uno que habrá corrido decenas de Grandes Premios invisibles.
Cadillac no quiere que Checo empiece desde cero; quiere que su regreso se dé en un entorno que ya entrenó los errores, afinó la comunicación y pulió los reflejos de un fin de semana real. Así, cada vez que Cadillac “corre en secreto”, el verdadero beneficiado es el piloto mexicano que llevará la bandera en 2026.

Más que debutantes
Si algo deja claro este “campeonato en la sombra” es que Cadillac no pretende llegar como novato. Con Bottas como figura de enlace y Checo como estandarte, la apuesta es aterrizar en la parrilla no como un equipo nuevo, sino como un rival incómodo desde la primera vuelta.
Y quizá lo más intrigante es esto: mientras otros equipos juegan su presente, Cadillac ya juega el futuro. Y ese futuro tiene nombre y apellido: Sergio Pérez.