Con la muerte del Papa Francisco , este lunes a los 88 años en la residencia de Santa Marta, en Italia, han cobrado fuerza dos profecías que se refieren al fin del mundo: la de San Malaquías y la de Nostradamus.
El astrólogo francés Michel de Nostredame, mejor conocido como Nostradamus, emitió hace varios siglos una serie de profecías perturbadoras acerca del fin del mundo, previendo a la humanidad sobre el surgimiento de guerras, desastres naturales, plagas y malos gobernantes. Su profecía más sombría es la de un posible Papa negro, según lo interpretado por algunos especialistas.
“Primero vendrá un Papa extranjero, luego un Papa viejo y, finalmente, un Papa negro, y con él, el fin del mundo”, se lee en códigos. Se dice que cuando Nostradamus escribe sobre un joven de piel oscura, se refiere a un cardenal de origen africano o asiático, aludiendo a candidatos al papado de piel oscura. Además, se cree que este Papa será el último antes del fin del mundo.
Al hablar del fin del mundo, Nostradamus se refiere al colapso institucional de la Iglesia Católica y no a una catástrofe que termine con la humanidad. Cabe señalar que no existe un consenso académico sobre la autenticidad de sus profecías y que las interpretaciones reflejan las preocupaciones y contextos contemporáneos.
¿Quién fue Nostradamus?
Nostradamus fue un astrólogo y médico francés que nació en 1503 y murió en 1566. Escribió el libro Las Profecías, una serie de predicciones a futuro en un lenguaje enigmático que hasta hoy continúa siendo estudiado y alterando la creencia del futuro.
A sus teorías se les vincula con la Revolución Francesa, la Segunda Guerra Mundial y los atentados del 11 de septiembre en Estados Unidos, entre lo más reciente, de ahí que se valoran mucho sus escritos como parte de una predicción.
¿Quién es Peter Turkson?
Peter Turkson es un cardenal ghanés que ha cobrado gran interés a nivel mundial gracias a su destacado papel en la Curia Romana y también por las predicciones de Nostradamus. Nació en Nsuta-Wassaw, Ghana, en 1948. Su camino en la Iglesia Católica ha sido notable por su inquebrantable justicia. Su carisma, inteligencia y el compromiso que tiene con los valores cristianos lo colocan como una figura importante que sí podría llegar al vaticano.
