En un mundo lleno de contaminación, los microplásticos están convirtiéndose en una preocupación creciente. Estos diminutos fragmentos podrían perjudicar nuestra salud y, mientras los de gran tamaño se desintegran, los más pequeños se infiltran en el agua, el aire y hasta en los alimentos que consumimos.
Según los descubrimientos científicos hasta el momento, estos fragmentos pueden entrar en nuestro sistema y acumularse en diferentes órganos. Esto podría causar efectos en la salud, como la inflamación o cambios en el sistema inmunológico.
Por estos motivos, las autoridades emitieron una advertencia para reducir el uso de plásticos y crear conciencia sobre su presencia en nuestro entorno. ¡Un tema que merece nuestra atención!
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¿Qué hacen los microplásticos en el cuerpo humano?
Estos diminutos fragmentos de plástico pueden ingresar al cuerpo humano a través del agua, el aire y los alimentos. Una vez dentro, pueden acumularse en órganos como los pulmones, el hígado y el intestino, y así causar potenciales problemas de salud.
Uno de los principales riesgos es la inflamación. Estos pequeños plásticos pueden provocar una respuesta inflamatoria en los tejidos, lo que podría afectar al funcionamiento de los órganos. También existe la preocupación de que puedan alterar el sistema inmunológico, al hacerlo menos eficiente en la defensa contra enfermedades.
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Otro posible peligro es la alteración del equilibrio hormonal. Los microplásticos pueden liberar sustancias químicas que imitan hormonas, lo que podría afectar el sistema endocrino y provocar problemas de salud como trastornos reproductivos.
¿Qué productos generan microplásticos?
Provienen de diversos productos que usamos a diario y su presencia es más común de lo que podríamos imaginar. Estos fragmentos se originan a partir de la desintegración de productos plásticos más grandes y también se encuentran en algunos artículos diseñados específicamente para liberar microplásticos.
Aquí te contamos dónde generalmente se encuentran:
- Cosméticos y productos de cuidado personal: muchos exfoliantes, pastas dentales y geles de ducha contienen microperlas de plástico que se usan para mejorar la textura y la limpieza. Aunque algunos países han prohibido su uso, todavía pueden encontrarse en productos no regulados.
- Ropa sintética: las prendas hechas de fibras sintéticas como el poliéster o el nylon liberan microplásticos cada vez que se lavan.
- Bolsas y envases plásticos: las botellas, al descomponerse con el tiempo, se fragmentan en pequeñas partículas. Estos residuos pueden terminar en el medio ambiente y eventualmente en nuestros cuerpos.
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La presencia en estos productos destaca la necesidad de reducir el uso de plásticos y optar por alternativas más sostenibles. Ser conscientes de lo que consumimos y cómo afecta al medio ambiente es un paso importante hacia la protección de nuestra salud y la del planeta. ¡Hagamos un cambio por un futuro más limpio!