Susana, la hija de Mariana, es captada robando celulares y acude con su tía por ayuda, pues fue obligada por su papá a robar. Su hermano y ella se vieron obligados a vivir con su papás después de que su mamá fue aprehendida y puesta en el reclusorio. Mariel intentará hacer todo para que sus sobrinos estén bien, e incluso está a punto de donarle un órgano a su hermana, hasta que su sobrina le abre los ojos.