De mole, verde, dulce y hasta sabores gourmet: el tamal es un platillo representativo de la gastronomía mexicana y tiene un origen muy especial que va más allá de lo superficial. Esto debido a que su preparación está plagada de historia, tradiciones y creencias antiguas, incluyendo un mito respecto a su relación con los sacrificios humanos.
Y es que en el pasado, se pensaba que estos alimentos de maíz estaban asociados con ritos en los que se ofrendaban almas, a cambio de riqueza en las cosechas. Parte de este pensamiento estaría motivado por el significado de la palabra en sí, ya que según la Secretaría de Cultura, tamal proviene del náhuatl “tamalli”, cuya traducción es “envuelto”.

Por lo que existía el pensamiento de que este significado era una forma de evocar a los cuerpos utilizados en los sacrificios humanos que se hacían durante la elaboración de los tamales. No obstante, se trata de una creencia popular que no está sustentada con pruebas fehacientes, sino que en realidad hay datos que sugieren que si bien sí eran una ofrenda para los dioses, inicialmente se hacían solo con semillas y posteriormente la receta fue evolucionando para incluir carnes de origen animal.
¿Cuáles eran los dioses que recibían tamales como ofrenda en la antigüedad?
Las deidades que solían recibir tamales a modo de obsequios, eran Tláloc, Chalchiuhtlicue y Quetzalcóatl, según un artículo de la Fundación de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Adicionalmente, se cree que son uno de los platillos más antiguos en la civilización mexicana, lo que ha favorecido a que cada región los adapte y actualmente exista una gran diversidad de presentaciones y sabores, como la famosa “torta de tamal” que se acostumbra ingerir en la CDMX como desayuno.
Dicen que estos son los mejores tamales de la Ciudad de México
La extraña creencia sobre los tamales que te dejará sin palabras
Precisamente derivado de todos los mitos que hay en torno al origen del tamal, existe también una leyenda que alerta sobre las posibles consecuencias de consumir estos alimentos. De acuerdo con información de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, en la antigüedad se creía que aquellos que comieran los tamales que quedaron pegados a la olla, serían perseguidos por una maldición.

Dicho pensamiento estaría basado en la idea de que al haber sido preparados como ofrenda, cuando no quedaban bien era porque el sacrificio hecho no fue suficiente, así que esa pieza no tendría fortuna. En el caso de los hombres, el pago sería que perderían sus capacidades para disparar en guerras y enfrentamientos; mientras que en las mujeres, se pensaba que esto afectaría sus partos.