El aguacate no solo es cremoso y fácil de combinar; también puede ayudarte a sentirte satisfecha por más tiempo si lo tomas en forma de batido. Una receta bien armada puede evitar antojos y ayudarte a comer con más conciencia durante el día.
Y es que hay días en los que no quieres comer pesado, pero tampoco te llena una manzana. Días en los que el cuerpo te pide algo que calme el hambre sin que después venga la culpa.

Para eso sirve este licuado. No es para “bajar de peso rápido” ni para desintoxicar el alma: es para esos momentos en los que necesitas algo que te sostenga, te sepa rico y no te deje inflamada.
Y sí, el aguacate funciona. Lo que normalmente usas en una tostada, también puede ser la base de algo cremoso, nutritivo y más práctico de lo que parece.
¿Cómo se hace el batido de aguacate que muchas personas toman en la mañana?
No necesitas cosas raras. Solo ingredientes que seguramente ya tienes en tu cocina:
- Medio aguacate maduro
- Una taza de leche vegetal sin azúcar (almendra, soya, avena, coco, lo que tengas)
- Una cucharada de chía o linaza
- Un poco de canela, si te gusta ese sabor
- Y hielo, para que quede fresco
Lo metes todo a la licuadora y lo tomas en el momento. La textura es cremosa sin ser pesada. El sabor, suave. No necesitas endulzarlo ni disfrazarlo. Lo puedes tomar como desayuno si no te da hambre temprano o como colación entre comidas, cuando sueles caer en el picoteo.

¿De verdad sirve el licuado de aguacate si estás intentando bajar de peso?
No es magia, pero ayuda. Según la Mayo Clinic, el aguacate tiene grasas buenas que te dan energía sin elevar el azúcar. La fibra de las semillas también ayuda a sentirte satisfecha. No se trata de sustituir comidas, sino de elegir mejor lo que te tomas entre ellas.
Y lo más importante: no te deja con culpa, ni con hambre, ni con la sensación de que estás haciendo una dieta sin sentido. Es una opción real, que puedes repetir sin remordimiento. Y a veces, eso es lo que más se agradece.