A veces no se trata de gastar, sino de saber elegir. Y en decoración, los colores lo cambian todo. Según varios diseñadores y especialistas en interiores, hay ciertos tonos que tienen ese no sé qué que hace que un espacio común y corriente en casa se sienta más elegante.
La buena noticia es que no necesitas renovar toda la casa ni vaciar la tarjeta: basta con aplicar uno de estos colores estratégicamente.
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Puede ser en una pared, un sillón, unos cojines o incluso en marcos y detalles pequeños. El punto es que, con estos seis tonos, tu casa puede verse mucho más lujosa sin tocar el presupuesto.
¿Qué colores hacen que una casa se vea más cara?
Aquí la lista aprobada por expertos en diseño y decoración de interiores, como Tash Bradley, psicóloga del color y directora de diseño de interiores de Lick:
- Burdeos oscuro – Intenso, elegante, con un toque dramático. Ideal para salas, comedores o bibliotecas. Combina bien con dorados, mostaza, rosa pálido y azul petróleo.
- Verde salvia – Natural, suave y sofisticado. Funciona perfecto en cocinas, recámaras y espacios con mucha luz. Se ve aún mejor si lo acompañas con madera y plantas.
- Azul marino – Un clásico que no falla. Sirve para crear ambientes acogedores y con personalidad. Luce increíble con iluminación cálida y toques metálicos.
- Blanco roto – Sutil, moderno y muy versátil. Da una sensación de orden, amplitud y calma. Si se combina con texturas como terciopelo o piedra, eleva el nivel al instante.
- Gris marengo – Sólido y con actitud. Aporta profundidad y estilo, sobre todo si se mezcla con materiales naturales o acabados en madera oscura.
- Terracota suave – Terroso y acogedor. Aunque no está en todas las listas, varios expertos lo están retomando por su calidez. Queda muy bien con textiles naturales y fibras vegetales.

¿Cómo usar estos colores sin gastar de más?
No se trata de pintar toda la casa de arriba a abajo. A veces basta con elegir una pared acento, cambiar fundas de cojines, renovar una lámpara o sumar una cortina en el tono adecuado. La clave está en dónde pones el color y con qué lo combinas.
También funciona empezar por espacios pequeños: el baño, la entrada, una repisa. Son zonas perfectas para experimentar sin riesgo (ni mucho gasto).

¿Realmente cambia el ambiente con solo modificar el color?
Sí, y más de lo que parece. El color afecta cómo percibimos la luz, el espacio y hasta el estado de ánimo. Un tono oscuro puede hacer que una sala se sienta más íntima; un neutro cálido da esa vibra de hotel boutique; y uno verde salvia, aunque discreto, aporta frescura y sofisticación sin esfuerzo.
Así que sí: a veces no es cuestión de contar con un gran presupuesto, sino de escoger una buena paleta de colores.