Hay días en los que solo queremos que la casa huela rico, a limpio, a algo que nos haga sentir en paz. Y la verdad es que el aroma a cítricos tiene ese efecto mágico. Un aromatizante así refresca, da energía y transforma el ambiente sin que tengamos que hacer gran cosa.
Si no se quiere usar sprays industriales o velas con químicos que marean, hay una alternativa hermosa y sencilla: hacer un ambientador casero con limón y naranja. Es económico, natural y deja los espacios del hogar oliendo delicioso por varios días.
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¿Cómo se hace este aromatizante casero con limón y naranja?
No tiene ciencia y justo eso lo hace perfecto. Solo se necesita un frasco de vidrio, algunas cáscaras de naranja y limón (las que te sobren del desayuno están bien), alcohol de 96°, un chorrito de agua, aceite esencial y unos palillos de madera.
Primero se ponen las cáscaras en el frasco. Luego se llena con tres partes de alcohol y una de agua. Se agregan unas gotitas del aceite (puede ser de limón, naranja o los dos), y se colocan los palillos para que absorban la mezcla. A los pocos minutos, empieza a perfumar.
Tip: si quieres que huela más fuerte, solo da vuelta los palillos cada tanto y listo.
¿Dónde conviene ponerlo para que funcione mejor?
Este tipo de aromatizante va bien en cualquier lugar. Puedes ponerlo en el baño, en la sala, en la cocina o incluso en tu escritorio. Y si haces varios frascos, el aroma se reparte por toda la casa de forma sutil y constante.
Eso sí, trata de que no les dé el sol directo para que el perfume dure más. Y si notas que el olor baja con el tiempo, solo agrega unas gotitas extra del aceite y revuelve un poco.
¿Por qué los cítricos son tan efectivos para perfumar el hogar?
Además de oler delicioso, los cítricos ayudan a neutralizar olores que no son tan agradables (sí, como ese tuper olvidado o el refri medio raro). Pero no es solo eso: también tienen un efecto emocional: levantan el ánimo, dan sensación de limpieza, claridad y bienestar.
Lo que se dice... ¡Lo que es! ¿Para qué sirven los limones?
Por eso, más allá de lo decorativo o funcional, este desodorante también es una pequeña caricia para el día a día. Y si puedes hacerlo con tus propias manos, todavía mejor.
