“Todos los días tenemos que cuidarnos la hora en que salimos y la hora que entramos, porque el vecino nos puede esperar afuera con un cuchillo o con un picahielo”. Este es el testimonio de Alicia, quien vive una pesadilla junto a sus vecinos del edificio 47 en la calle Juan Escutia, en el corazón de la colonia Condesa, Ciudad de México (CDMX).
El responsable de su miedo tiene nombre: Emilio, un residente del mismo inmueble que los acorrala, agrede y roba, mientras las autoridades, aseguran, no hacen nada.
La situación ha escalado a tal punto que los habitantes, en su mayoría mujeres y adultos mayores, han tenido que armarse con tasers y gas pimienta para poder salir de sus propios hogares.
“Nos puede esperar con un cuchillo": Vecino aterroriza la Condesa
Lo que debería ser un espacio seguro se ha convertido en una zona de amenaza constante. Los vecinos relatan que Emilio, descrito como un hombre violento y adicto, ha convertido su vida en un “infierno”.
Las agresiones son variadas y constantes: desde intentar arrebatarles las bolsas a las mujeres hasta el acoso sexual. El caso más grave documentado fue el de un vecino de la tercera edad, a quien Emilio “lo asaltó, le quitó la renta de su negocio y además lo agredió” en la entrada del edificio.
El miedo ya no se limita al edificio, se ha extendido por toda la calle. “Ya todos conocen a Emilio, o les ha robado en su negocio, o los ha asaltado, o a las mujeres las ha acosado”, afirman.
Abren hasta 7 carpetas de investigación contra el vecino de la Condesa:
La frustración de los vecinos se centra en la inacción de las autoridades. A pesar de que Emilio cuenta con más de siete carpetas de investigación en la Fiscalía General de Justicia (FGJ) de la CDMX, sigue en libertad.
“Nos dicen que debe estar ‘cometiendo un delito’ en el momento para poder detenerlo. ¿Pero qué esperan? ¿Una tragedia?”, cuestiona Alicia. Los residentes sienten que las autoridades solo actuarán “cuando esto pase a mayores”.
Aseguran que acuden casi a diario a la fiscalía en busca de respuestas, pero solo reciben evasivas: “nada más nos dan puras largas”.
El llamado de los vecinos es unánime y desesperado, dirigido a la Secretaría de Seguridad Ciudadana y a la Fiscalía capitalina: “Solo pedimos justicia porque no sabemos esta situación cuándo va a acabar. Pedimos atención inmediata, antes de que esto termine en una desgracia”.