En una inesperada jugada que deja claro que en la política y la justicia no siempre rigen las mismas reglas, la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) decidió dar un giro a la historia que el Instituto Nacional Electoral (INE) había comenzado.

Doce candidatos a jueces y magistrados, quienes resultaron ganadores en las elecciones del pasado 1 de junio, habían sido sometidos a una rigurosa evaluación académica, o al menos eso intentó el INE, que les había descalificado por no cumplir con el mínimo promedio.

INE a examen: ¿faltó autonomía técnica o sólo se pasó de la raya?

La Sala Superior no se anduvo con rodeos y revocó los acuerdos del INE, señalando nada más y nada menos que esta institución no tiene la facultad técnica para ponerle nota a los candidatos judiciales.

Según el TEPJF, esa labor fue delegada a comités especializados, y cambiar las reglas una vez concluidas las elecciones es “una mala práctica”, para decirlo con suavidad. Por si fuera poco, ahora se ordenó entregar las constancias de mayoría a los 12 aspirantes, sumando 27 de 45 los candidatos reconocidos oficialmente.

TEPJF anula cargos a siete personas

Si pensaban que era todo, vienen las joyas. El TEPJF también anuló cargos asignados a siete hombres, porque la regla de paridad se aplicó, según votación dividida y polémica, de manera incorrecta por el INE.

El principio resulta claro para el tribunal: si las mujeres ganan legítimamente con más votos, no hay que privarlas del triunfo bajo criterios restrictivos o un mal entendido “alternancia” que terminó jugando en su contra. Tres votos contra dos sentenciaron que la alternancia debe garantizar el acceso preferente para mujeres y no limitarlo.

Acordeones, quejas y vigencia electoral: la válvula de escape final

Por si hubiera dudas sobre si el TEPJF está dispuesto a aflojar la mano, también desestimaron las quejas sobre la supuesta utilización indebida de acordeones en la campaña judicial. Así, con mayoría, confirmaron la validez de la elección impugnada, dejando claro que en las elecciones judiciales las irregularidades podrán ser discutidas, pero no siempre anuladas.