Groenlandia: Interés de Estados Unidos reabre heridas políticas

La llegada de figuras clave estadounidenses a la isla ártica, bajo la apariencia de un viaje privado, reaviva las tensiones y el temor a una injerencia geopolítica en un territorio estratégico.

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Mundo

Escrito por: Rodrigo Lema

Tensiones Groenlandia - Estados Unidos
La visita de funcionarios estadounidenses a Groenlandia reaviva las tensiones geopolíticas en la región ártica, recordando el interés histórico de Washington en la isla.|REUTERS

Groenlandia vuelve a ser foco de controversia tras la llegada de Usha Vance, esposa del vicepresidente estadounidense J.D. Vance, y Mike Waltz, asesor de seguridad nacional.

Su visita, calificada como “privada”, ha generado indignación entre los líderes groenlandeses. Jens-Frederik Nielsen, líder de Demokraatit, la tildó de “falta de respeto”, mientras que el primer ministro saliente, Múte Egede, la ve como una “demostración de poder”.

El recuerdo del pasado: Trump y la idea de compra

Este episodio revive la polémica de 2019, cuando el entonces presidente Donald Trump expresó su interés en “comprar” Groenlandia, una idea rechazada tanto por Dinamarca como por la propia isla.

La insinuación de Trump sobre el uso de la fuerza militar para adquirir el territorio dejó una profunda desconfianza. La reciente visita de Donald Trump Jr. en enero y las declaraciones de J.D. Vance cuestionando la alianza con Dinamarca y sugiriendo un mayor interés territorial en Groenlandia han exacerbado las tensiones.

Un ártico estratégico

El renovado interés de Estados Unidos se enmarca en la creciente competencia geopolítica en el Ártico.

El deshielo revela rutas marítimas y recursos naturales, intensificando la lucha por la influencia. La ubicación estratégica de Groenlandia la convierte en un punto clave para el control marítimo, la defensa y la investigación.

Autonomía en juego: El futuro de Groenlandia

La presión estadounidense plantea interrogantes sobre la autonomía de Groenlandia y su relación con Dinamarca. Aunque la isla avanza hacia la independencia, aún depende del apoyo danés.

La intervención de Estados Unidos podría desestabilizar esta relación y generar tensiones regionales. El pueblo groenlandés se enfrenta al deseo de autonomía frente al riesgo de convertirse en un peón geopolítico.

La “visita privada” revela que la atención de las potencias sobre Groenlandia es más intensa que nunca, marcando el inicio de una nueva fase en la competencia por el Ártico.

La indignación en Groenlandia es un claro indicativo de la sensibilidad de la isla ante cualquier intento de influencia externa, recordando que su futuro debe ser decidido por sus propios habitantes.

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