No sabe si su hijo murió, pero lo espera con fe sin importar que ella pueda perder la vida para encontrarlo. Mónica ha tenido que pasar por el rechazo de la autoridad en la búsqueda de Ramón Pérez Ponzanelli, un hombre de 32 años, quien es contador público y está desaparecido desde el 12 de mayo de 2025 en Querétaro.
Cuenta que al tener sospecha de que quizás su hijo esté sin vida, cuando quiso que le practicaran pruebas de ADN para reconocer un cuerpo, le pusieron trabas en este proceso, pues le dijeron que por ser mujer, no serviría de nada su sangre y se requería la de su papá.
“Es tan desesperante, es tan triste, es desgarrador, de verdad. O sea, cada día que amanezco, abro los ojos y lo primero que hago es recordar que mi hijo está desaparecido. Cada día que despierto, lo recuerdo en cada momento (…) no está, o sea, la tierra se lo tragó y esto a nadie le importa (…) nos ha pegado muy fuerte y saber que tu hijo no sabes si está vivo o muerto, que no sabes si lo están torturando, que no sabes en dónde está, que no sabes absolutamente nada”, dice Mónica entre lágrimas, una madre buscadora más en México.
Búsqueda de Ramón, frenada porque no traía su celular
Ramón Pérez Ponzanelli desapareció a las 7:30 horas cuando salió de un hotel en donde es gerente y vivía en una suite. Se dirigió a la tienda, pero antes, le dijo a una camarista que preparará café y que regresaba. Él salió a pie y vestía un pants porque después se iba a arreglar, pero dejó su celular y sus lentes.
En entrevista con Fuerza Informativa Azteca (FIA), Mónica comentó que el hecho de que Ramón no traía su celular fue una limitante para que las autoridades no comenzaran a buscarlo, porque le dijeron que no había forma de rastrearlo y el proceso para encontrarlo, desde que ella habló a Locatel para reportarlo, no ha tenido avance.
“El haber dejado su celular, como he comentado, ha sido su sentencia de muerte. El vicefiscal le dijo a su papá que no se le podía buscar porque no había celular. Yo me pregunto entonces si alguien lo asalta ni le quitan el celular, pues ya no lo pueden buscar. O si simplemente es una persona que no tiene celular de alta gama, que tenga manera de rastrearlo, pues tampoco lo pueden buscar, entonces ya nunca lo buscaron”, relató.
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Motivada por el amor de madre y ante la desesperación de no recibir ayuda, Mónica y el papá de Ramón comenzaron a movilizarse para tener pistas y respuestas de dónde puede estar, pero el camino ha estado lleno de obstáculos, como en el Ministerio Público de la Fiscalía de Desaparecidos de Querétaro.
Les dijeron que un policía de investigación estaría asignado al caso, pero este les pidió que no subieran nada a redes y que no lo compartieran la desaparición, “porque entorpecería toda su búsqueda”.
“El Ministerio Público con decirte que nunca lo conocí, ya mejor lo corrieron porque la vez que fui, que me citó, fui desde la Ciudad de México, salí 6 de la mañana para llegar en punto a las 10 y el hombre ni siquiera fue a trabajar. Inventa que tiene audiencias, que tiene citas, pero el señor no hace nada. De hecho ya no sé si lo corrieron, pero por lo pronto ya no está en la fiscalía”.
Ficha de búsqueda de Ramón Pérez Pnzanelli tardó en publicarse
Al reportar la desaparición de su hijo, sus padres tuvieron que esperar para que el fotoboletín de localización se emitiera con prontitud, de hecho comentó que en la Comisión de Búsqueda de Querétaro, donde también levantó su papá la ficha de búsqueda, “tardaron dos días más en subirla y pues tampoco ha servido de nada”.
De hecho, cuenta que una policía de la Comisión de Búsqueda, como al mes y medio, le llamó diciéndole a Mónica que tenía algún lugar donde irlo a buscar, que le avisara y ella la acompañaba.
“Como que no se toman en serio su trabajo, no saben lo que es una desaparición, no saben lo que sufre la familia y pues yo no sé lo que esté pasando mi hijo. No sé si esté en este plano, si no, esté, es la cosa más espantosa que hasta el momento he vivido”, dijo ella.
Una Fiscalía fantasma y con acceso limitado para víctimas
Al acudir a la Fiscalía como parte del proceso de la denuncia por la desaparición, notó una ausencia de ayuda y poca empatía por parte del personal, pues “hay una que otra secretaria, otras están ahí comiendo, no hay actividad de nada, es una zona muerta” e incluso, recuerda que el 23 de mayo pidió que le mostraran la carpeta de investigación por la desaparición y señala que no se la querían dar.
“No tienen la más mínima empatía, no son personas que debieran estar en ese puesto. Me tocó ver personas cómo llegaban mujeres caminando por el cerro. Llegaban sudando, gente muy humilde y con la vigilante de la entrada, pues se acercaban y ella les decía, '¿Para qué vienes otra vez? Diario vienes’, y pues tenemos el derecho de ir si queremos diario, dos veces al día de ser necesario, son nuestros hijos”.
“La parte de arriba es en la Fiscalía de Búsqueda, es en donde están los ministerios públicos verdaderamente cobijados porque no los dejan entrar a los particulares, a las víctimas indirectas, como es su papá, como soy yo, como son las madres buscadoras, no te dejan tan fácil subir. Y cuando subes parece como un pueblo fantasma, no hay nadie”.
Personal de la Fiscalía de Búsqueda de Querétaro, así como la Comisión de Búsqueda de Querétaro, así como la Comisión Nacional de Búsqueda, acusó, omitieron aspectos en el proceso, tales como:
- No hubo búsqueda de indicios
- No hubo entrevistas
- No solicitaron cámaras
- No rastrearon la zona en el perímetro de los alrededores
- El MP y el PDI no están capacitados en desapariciones
- No hubo brigada de búsqueda
- No investigaron si habría algún indicio de cobro de piso
- No realizaron una investigación exhaustiva a la ex pareja y a la familia
- Ninguna línea de investigación
- No hubo investigación de campo ni de gabinete
- Nunca lo buscaron en hospitales
"No realizaron una investigación exhaustiva a la expareja de mi hijo y a su familia, ni a sus amigos, ni al personal donde él trabajaba. No tienen ninguna línea de investigación. No hubo investigación de campo ni de gabinete. No han hecho nada”, manifestó.
Una prueba de ADN que no funciona por ser mujer
Mónica contó que el 23 de mayo solicitó que le permitieran ver la galería de fotos de los cadáveres del Servicio Médico Forense para ver si entre los muertos estaba su hijo, pero no se lo permitieron e incluso le comentaron que su ADN, por ser mujer, no servía para el cotejo de identificación si es que alguna de las personas ahí fallecidas era Ramón.
De hecho, cuando acudió a que le hicieran la muestra, le comentaron que no había hisopos para que realizarla, pero era mentira, porque el material sí estaba en el área donde se lleva a cabo la prueba de ADN.
“Del ADN no querían tomarme a mí la prueba del ADN porque decían que yo era mujer y que tenía que ser su papá. Yo tuve a mi hijo 9 meses en mi vientre, yo creo que sí tiene ADN mío, estoy segura. Y viendo las la incompetencia de ese lugar, el ADN, para poder tener una realidad, se necesita que tuvieran alta tecnología para poderla practicar en los cadáveres. En este país no la tenemos”.
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Además, contó que la Fiscalía de Desaparecidos de Querétaro, no emitió la ficha de búsqueda y solo se publicó la ficha de búsqueda de la Comisión de Búsqueda de Querétaro.
“Les dije, ‘a mí me tienen que hacer la prueba del ADN porque soy su madre, porque yo sí tengo el ADN de mi hijo’. Entonces, como se vieron tan forzados, me querían entretener con darme como una asesoría psicológica y les dije, “De eso me encargo yo. Yo ya veré si voy a terapias y voy con psicoterapeuta, con psicólogo, con psiquiatra. Yo quiero investigar sobre la desaparición de mi hijo”.
La insistencia de Mónica en ver las imágenes de los cuerpos del Semefo, dijo, es para tener “tranquilidad ver si está o no está mi hijo en esas fotografías”.
“Ramón en algún lado está y me puede escuchar, que sepa que lo voy a seguir buscando mientras yo esté viva, que lo amo profundamente, que lo veo en cada espacio, en cada plática. Entre los silencios, entre el viento, la lluvia, el insomnio.
“Le diría ‘Hijito hermoso, te amo profundamente, como te amé desde el día que supe que estabas en mi vientre. Siempre te amaré, siempre estarás conmigo, nunca te voy a dejar de amar. Cada suspiro, cada aliento, cada aliento que tenga. Estoy pensando en ti y estoy muy preocupada de pensar dónde estarás. No quiero que sufras porque no lo mereces, nadie merece sufrir, nadie lo merece’ (…) si el costo de buscar a mi hijo es mi muerte, estoy lista, bienvenida”.