El contraste entre la retórica gubernamental sobre la expansión de los servicios médicos y la precaria realidad que afronta el personal sanitario de campo alcanzó un punto crítico esta semana. Mientras las autoridades federales difunden nuevos planes para la sanidad pública, profesionales de la salud que laboran en el programa de atención a la población sin seguridad social, provenientes de los estados de Guerrero y Veracruz, realizaron una movilización en la capital del país para exigir mejores condiciones laborales y operacionales.

La disyuntiva se evidenció tras el anuncio efectuado el 21 de octubre de 2025 por el director del Instituto Mexicano del Seguro Social - Bienestar, Alejandro Svarch, quien desde el Palacio Nacional detalló que el proyecto de mejora de la asistencia médica para ciudadanos sin afiliación social se robustecería con la adhesión de 1,330 facultativos especializados, además de 2,267 profesionales de enfermería.

Profesionales de salud enfrentan retrasos salariales y escasez de insumos básicos en Guerrero y Veracruz

Sin embargo, en el escenario cotidiano, el personal médico y administrativo de la misma institución asegura que las circunstancias en las que cumplen sus funciones son inadecuadas.

En respuesta a esta situación, el pasado martes, estos empleados impidieron la entrada al inmueble que alberga las oficinas centrales en la Ciudad de México. Fue en ese punto donde los trabajadores se enteraron de los comunicados emitidos desde la sede presidencial, una noticia que, lejos de calmarlos, agudizó su indignación.

Honorio Tapia, un cirujano oriundo de Guerrero, expresó el sentir general de sus colegas, describiendo la situación como una ofensa directa hacia los empleados con remuneraciones inestables.

Esta sensación se fundamenta en los serios retrasos salariales que padecen. La doctora Olga Ahumada, quien ejerce en Veracruz, compartió su caso, mencionando que lleva siete meses sin recibir su remuneración.

Las irregularidades se extienden al pago de jornadas especiales, pues a varios trabajadores se les adeudan los emolumentos correspondientes a domingos y días feriados laborados. Además, persiste la frustración por la falta de cumplimiento de los incrementos salariales prometidos; el mismo médico Tapia señaló que se había pactado un aumento de siete mil pesos que, hasta la fecha, no se ha materializado.

Pese a promesas, IMSS-Bienestar sigue sin solucionar las carencias en la atención a la población

La manifestación en la metrópoli no fue solo un reclamo económico. Médicos, enfermeros y personal administrativo abandonaron temporalmente sus puestos en los centros de salud y hospitales de las regiones más apartadas de Guerrero y Veracruz para visibilizar también la escasez de suministros e insumos esenciales que compromete la atención de los usuarios.

Un empleado del área de farmacia, de forma anónima, lamentó la ausencia de medicamentos tan básicos como el paracetamol, calificando la situación como “mala, muy mala” y “pésima” en la actual administración. El doctor Tapia añadió que, en su caso, hace casi 10 años que no disponen de ampicilina.

A pesar de la gravedad de los reportes, la respuesta del IMSS-Bienestar se limitó a tomar nota de las carencias mencionadas y, una vez más, reiteró su compromiso de ofrecer soluciones. Tras la promesa institucional, los trabajadores de la salud desbloquearon los accesos al edificio y emprendieron el regreso a sus entidades de origen para continuar su labor asistencial, en un intento por preservar vidas a pesar de contar con recursos limitados.