¿Pagar por generar empleo? En CDMX crece la tensión por el impuesto a la nómina
La preocupación radica en que esta carga podría resultar en menos empleo y una mayor informalidad, perpetuando un ciclo difícil para las generaciones futuras.
En un contexto económico ya complicado, resulta sorprendente que los empresarios en la Ciudad de México se enfrenten a una propuesta para incrementar el impuesto sobre la nómina: del 3% actual al 4%. Este aumento, promovido por el gobierno local, ha suscitado una intensa controversia y preocupación entre los sectores empresariales, quienes advierten que una carga fiscal excesiva puede frenar la inversión y el crecimiento.
¿Qué implicaciones del Impuesto al Empleo?
Pablo Trejo Pérez, presidente de la Comisión de Hacienda, ha justificado la propuesta afirmando que incluirá una tabla progresiva, lo que significa que las micro y pequeñas empresas tendrán una tasa diferenciada en comparación con las grandes empresas.
Además, se menciona que las grandes empresas que intensifiquen la contratación de personal podrán recibir un estímulo fiscal. Sin embargo, muchos especialistas han manifestado que este enfoque es problemático y contraproducente.
Según los expertos, incrementar el impuesto sobre la nómina solo complicará aún más las ya difíciles condiciones para las empresas, especialmente en un año donde se prevé un crecimiento económico más bajo. La oposición política también ha criticado la medida, argumentando que afecta de manera desproporcionada a los empresarios, quienes enfrentan la carga de contribuir a un estado que no siempre retribuye adecuadamente. “
Es un impuesto retrógrado que desincentiva la formalidad”, sostienen.
Impacto en el empleo y las pequeñas empresas
Los empresarios, particularmente los de las pequeñas y medianas empresas (PYMES), están cada vez más alarmados. A medida que las cargas fiscales aumentan, se ven obligados a destinar recursos que podrían utilizar para expandir sus operaciones o contratar más personal, a un impuesto que, según ellos, solo beneficia a un estado que, en muchos casos, no entrega contrapartidas efectivas.
Los comentarios de algunos empresarios son contundentes: “Estamos soportando altas tasas de interés y una economía en recuperación. Este tipo de impuestos es un golpe más que puede desangrarnos”.
Además, muchos cuestionan la eficacia de un sistema que parece castigar a los que generan empleo y riqueza, mientras que aquellos que no contribuyen activamente a la economía permanecen al margen sin responsabilidad fiscal.