El Gobierno de México intensificó su estrategia de control sanitario al extender formalmente el Dispositivo Nacional de Emergencia de Sanidad Animal (DINESA) a todo el territorio nacional, como respuesta directa a la crisis generada por el Gusano Barrenador del Ganado (GBG).

Esta decisión se produce inmediatamente después del encuentro clave que sostuvo la presidenta con la secretaria de Agricultura de Estados Unidos (USDA), Brooke Rollins, en Palacio Nacional, una reunión centrada en la reapertura de la frontera al ganado mexicano.

El cierre de la frontera norte, decretado por Washington debido a la reaparición del GBG (un parásito que ataca a animales de sangre caliente), ha generado pérdidas millonarias a la industria ganadera mexicana.

El alcance del operativo

Si bien el gusano barrenador había concentrado sus casos en los estados del sureste (principalmente Chiapas, Tabasco, Campeche, Quintana Roo y Yucatán), el nuevo anteproyecto publicado en la Comisión Nacional de Mejora Regulatoria (CONAMER) cuyo objetivo es "prevenir la entrada y diseminación del gusano barrenador del ganado ocasionado por la mosca (Cochliomyia hominivorax) y, en su caso, controlarlo y erradicarlo en las regiones 6 y 7 con posibilidad de extender su aplicación paulatina."

Se instalarán Puntos de Verificación e Inspección Federal e Interna, además de puntos de control emergentes en carreteras y fronteras estatales para impedir el traslado de animales infectados.

Los médicos veterinarios autorizados y los ganaderos están obligados a notificar de inmediato cualquier herida con movimiento larvario o signos de miasis.

El movimiento de ganado dentro de México solo podrá realizarse entre corrales certificados por el SENASICA (Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria), tanto en origen como en destino.

Presión de Estados Unidos

La secretaria Rollins viajó a México para revisar los avances del plan de acción binacional. Aunque el gobierno federal declaró que la funcionaria estadounidense estaba "convencida" de los esfuerzos mexicanos para contener la plaga, aún no se anunció una fecha de reapertura de la frontera.

La administración del estadounidense, Donald Trump, no solamente ha presionado al gobierno mexicano en materia de seguridad, sino también en temas de agricultura. Parece ser que la presión del mandatario ha servido, pues las autoridades mexicanas actúan ante la presión.

Según el Consejo Nacional Agropecuario (CNA), se estima una pérdida de en unos mil 300 millones de dólares, a partir de agosto 2025.

La frontera con Estados Unidos lleva cerrada desde mayo de este mismo año.