Un caso de doble vulneración ha sacudido a la Sierra Norte de Puebla. Una niña indígena de 11 años, víctima de violación, intentó denunciar a su agresor ante la Fiscalía General del Estado (FGE), pero no fue atendida inicialmente debido a que la institución no contaba con un traductor de lengua náhuatl.
Fue hasta que el caso se volvió viral en redes sociales y tras la denuncia pública de organizaciones civiles, que las autoridades agilizaron los protocolos, consiguiendo un intérprete y logrando finalmente la captura del presunto responsable: su propio tío.
El calvario de la niña de Pahuatlán, Puebla: 4 horas de viaje para denunciar
La menor, originaria de la comunidad de Atla, en Pahuatlán, emprendió un viaje de cuatro horas junto a su madre y abuela para llegar a la Casa de Justicia de Huauchinango.
Al llegar, esperaban justicia, pero se toparon con burocracia. La agente del Ministerio Público les explicó que no podía iniciar la carpeta de investigación sin un traductor certificado, y la Fiscalía no tenía ninguno disponible en ese momento.
La familia quedó en el limbo, sin poder formalizar la denuncia y sin apoyo de las autoridades municipales de Pahuatlán, a pesar de ser una zona con alta población indígena.
Aprehende la Fiscalía General del Estado en Huauchinango a presunto responsable de violación equiparada en agravio de una menor.#FiscalíaInforma: https://t.co/WSaTfdm4ML pic.twitter.com/OpZUs4PAwd
— FGE Puebla (@FiscaliaPuebla) November 28, 2025
La presión en redes activó la justicia en Puebla
La indignación estalló cuando el caso se difundió mediáticamente. Ante la presión, la Fiscalía canalizó a la víctima al Centro LIBRE Casa Carmen Serdán y gestionó la ayuda de un traductor de una asociación civil.
Solo así se pudo tomar la declaración que derivó en la orden de aprehensión contra Eduardo “N”, de 32 años. Según las indagatorias, este sujeto agredió sexualmente a su sobrina de 11 años en una panadería de su propiedad, bajo amenazas para que guardara silencio.
La Fiscalía reiteró su compromiso de proteger a la niñez, aunque el caso evidenció la carencia de intérpretes inmediatos en una región donde las lenguas originarias son predominantes.