El pavo o guajolote es el invitado principal en las fiestas de Navidad, su consumo durante estas fechas se ha hecho tan habitual que nos olvidamos por completo del por qué comemos este platillo y sobre todo del su origen que es cien por ciento mexicano.
La tradición de comer pavo proviene de nuestros antepasados, específicamente de la cultura Azteca, ya que esta ave es originaria de este imperio, pero la conocían como guajolote.
El nombre guajolote proviene del náhuatl, huexolotl, su etimología proviene de dos palabras, “huey” que significa grande y “xólotl” que es monstruo, por lo que guajolote es “gran monstruo” .
De tal manera que la tradición de comer pavo es de origen Azteca, posteriormente su consumo tras la conquista española se generalizó por todo el mundo, según el Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera.
El pavo es bueno, bonito y barato
Una vez que el consumo del pavo comenzó a popularizarse por el mundo, era más frecuente comerlo en Navidad, tras celebrar la cosecha del otoño, esta ave es de gran tamaño y su tiempo de engorde es más rápido en comparación con otros animales .
En promedio un pavo puede llegar a pesar 10 kilogramos, cantidad suficiente para alimentar a toda una familia en Navidad , además su precio no es tan elevado en comparación con la carne de otros animales y su sabor es excepcional, esto lo convierte en el platillo predilecto durante la temporada navideña.
¿Cuál es la forma más común de cocinar el pavo en Navidad?
La forma más común de preparar el pavo para la cena de Navidad es al horno, una vez que este limpio y vaciado, según la receta se rellena con otros alimentos y especias para hacerlo más sabroso. Se presenta con varios acompañamientos, desde puré de papas y ensalada.
Las cualidades nutricionales del pavo son superiores a la de otros animales, además cuenta con un porcentaje bajo de grasas y colesterol, además de ser un alimento proteico, y fácil de digerir.