Doña Josefa Ortiz de Domínguez, también conocida como “La Corregidora”, fue una figura clave en el inicio de la Independencia de México. Nacida en Valladolid—hoy Morelia—en 1768, fue una mujer de la alta sociedad que se casó con Miguel Domínguez, corregidor de la ciudad de Querétaro. A pesar de su posición privilegiada, simpatizaba con la causa de los criollos, quienes buscaban liberarse del dominio español.

¿Qué hizo Josefa Ortiz de Domínguez y por qué fue importante en la Independencia?

Josefa y su esposo convirtieron su casa en un centro de reuniones secretas donde los conspiradores, como Ignacio Allende y Juan Aldama, planeaban el levantamiento armado, pero la conspiración para iniciar la Independencia fue descubierta por las autoridades virreinales. El corregidor Miguel Domínguez se vio obligado a arrestar a los implicados, incluyendo a su propia esposa, Josefa Ortiz de Domínguez, a quien encerró bajo llave en su habitación.

A pesar de su arresto, Josefa estaba decidida a avisar a los líderes de la conspiración que su plan había sido descubierto. Sabía que debían adelantar el levantamiento para evitar que todos fueran capturados. Con gran astucia y audacia, ideó una forma de comunicarse con su vecino, el alcaide Ignacio Pérez.

Desde su ventana, golpeó el piso con sus zapatos de tacón, una señal que ya había acordado con Pérez. Cuando el alcaide se acercó, le entregó un mensaje escrito a través de un hoyo en la puerta. El mensaje alertaba a los conspiradores de que el gobierno español había descubierto el plan.

El adelanto del grito de Dolores

Con el mensaje en mano, Ignacio Pérez partió a caballo rumbo a San Miguel el Grande—hoy de Allende— para entregar el aviso a Ignacio Allende y Juan Aldama. Al llegar, les informó de la situación. Aldama, a su vez, decidió ir de inmediato a Dolores, donde se encontraba Miguel Hidalgo.

Aldama llegó a Dolores en la madrugada del 16 de septiembre de 1810. Se encontró con Hidalgo y, junto a Allende, le contaron que Josefa había avisado del descubrimiento de la conspiración. Sabiendo que no podían esperar más, Miguel Hidalgo tomó la decisión de adelantar el levantamiento.

Ese mismo día, en la mañana, Hidalgo sonó la campana de la iglesia de Dolores e hizo un llamado a la rebelión, lo que se conoce como el Grito de Dolores, marcando así el inicio de la Guerra de Independencia de México.