El tiempo, dicen, lo cura todo. Pero en Acapulco, el reloj sigue su marcha y las heridas que dejó el huracán Otis” continúan abiertas.

Casi dos años después del paso de aquel fenómeno que devastó gran parte del puerto, los rastros de la destrucción aún son visibles en casas, negocios y calles donde la vida intenta, poco a poco, volver a la normalidad.

Huracán “Otis": Comerciantes de Acapulco aún buscan reconstruir sus locales

Las fachadas desgastadas, los techos improvisados y los locales vacíos son testigos del poder de la naturaleza y del esfuerzo de quienes no se han rendido. En la zona de Playa Revolcadero, la señora Marta, comerciante desde hace décadas, sigue trabajando para reconstruir su restaurante, el mismo que durante años sostuvo a su familia.

“Nos apoyaron con cien mil pesos en su momento (...) empezamos a levantar el negocio, pero no alcanza. Con el tiempo fuimos metiéndole más, poco a poco. Luego llegó el Jones y, quieras o no, nos volvió a dejar en la miseria. Pero tenemos que seguir, porque es nuestra fuente de trabajo”, cuenta con resignación, mientras observa los restos del local que alguna vez fue su orgullo.

Familias acapulqueñas aún enfrentan los estragos del huracán “Otis”

Las historias de resistencia se repiten a lo largo de las colonias afectadas. La señora Roselia, viuda y sin apoyo económico, vive todavía entre los vestigios de lo que fue su casa.

“Todo lo perdí. Mi casa sigue tirada porque no tengo los recursos para levantarla. No me quisieron apoyar y pues ni modo, así me quedé”, dice con voz pausada, pero firme.

Entre los testimonios recogidos, los habitantes coinciden en que los mayores gastos se han concentrado en techos, tinacos y fachadas, con reparaciones que, en muchos casos, superan los 100 mil pesos.

Dos años después, reconocen que no hay dinero que alcance para devolverles el hogar tal como era antes de “Otis”, pero también afirman que han hecho lo imposible por recuperar, al menos, una parte de la normalidad que el huracán se llevó.