“Lo agarran a balazos, le siembran un arma y tratan de borrar evidencias”. Con estas palabras, Lucio Álvarez, padre de Rodrigo Isidro Ricárdez, denunció en Hechos AM la brutalidad y el encubrimiento detrás de la muerte de su hijo, un estudiante de veterinaria de 20 años asesinado tras una persecución policial en Villahermosa.

A pesar de que cuatro policías estatales ya fueron detenidos, la familia asegura que la justicia está incompleta y que las autoridades intentaron incriminar al joven para justificar la ejecución.

La prueba científica en el caso de Rodrigo Isidro: “Nunca disparó"

La versión oficial inicial intentó criminalizar a Rodrigo, pero su padre fue contundente al desmentirla con pruebas en mano. Don Lucio reveló que los peritajes confirman que su hijo nunca disparó, lo que sostiene la teoría de que los oficiales manipularon la escena.

“El estudio que le hicieron de rastreo de detonación salió negativo. Por tal razón se desprende que le sembraron esa arma y, aparte, todas las arbitrariedades que cometieron para tratar de borrar evidencias en el lugar de los hechos”, declaró.

Te puede interesar: Detienen a 4 policías por el caso de Rodrigo Isidro, estudiante asesinado en un retén en Tabasco

“Queremos mandos, un policía no se manda solo”

Aunque la Fiscalía de Tabasco detuvo a cuatro agentes el pasado domingo, la familia de Rodrigo advierte que “el Ministerio Público se quedó corto en la imputación”. Para Lucio Álvarez, los detenidos son solo los ejecutores materiales, pero la responsabilidad escala más arriba.

“Queremos mandos, porque un policía escolta no se conduce solo si no es por una instrucción real que le dé un superior. Las autoridades se protegen entre ellos”, acusó.

Caso de Rodrigo Isidro: Familia vive con miedo en Tabasco

La familia Isidro Ricárdez no solo enfrenta el duelo, sino el terror. Al enfrentarse a la estructura policial del estado, temen represalias. Don Lucio confesó que viven encerrados y dependiendo de amigos para recibir alimentos, pues ninguna autoridad les ha brindado seguridad.

“No tenemos protección de ninguna autoridad... Sabemos qué tipo de personas son las que andan uniformadas en la calle... cualquier hijo de vecino puede ejecutar una acción en contra de nosotros”, lamentó.

¿Cómo era Rodrigo Isidro?

Rodrigo no era un criminal. Era un joven “sin malicia”, dedicado al estudio y al rancho, cuyos sueños eran abrir una veterinaria y rescatar animales de la calle.

“Era adorado por todos los animalitos que él tenía”, recordó su padre con la voz quebrada. Hoy, esos proyectos de vida quedaron truncados por las balas de quienes debían protegerlo. “Jamás se va a reparar el daño, pero no queremos ni uno más de este tipo de personas en la calle”.