En diciembre del 2023, 11 jóvenes fueron asesinados en Salvatierra, Guanajuato, mientras se encontraban en una posada navideña. El hecho, como otros tantos, conmocionó a casi todo México, y digo casi por qué hubo alguien en especial a quien
no. Me refiero al expresidente Andrés Manuel López Obrador, quien relacionó la matanza con el consumo de drogas, un acto de revictimización que por supuesto no fue el único que el tabasqueño aventó desde su púlpito a lo largo de seis años.
Siempre hubo echadera de culpas, pretextos, evasiones y recuerdos del pasado que justificaban la ineptitud del primer gobierno de Morena. Y mientras tanto, México se hundía (y hunde) cada vez más en un fango de inseguridad e impunidad.
Los abrazos eran (son) para los criminales, y los balazos para los mexicanos, que de un tiempo a acá, no importa si son médicos, comerciantes, barrenderos o políticos.
Por ejemplo, la semana pasada, la candidata de Morena por la presidencia de Texistepec, Veracruz, Yesenia Lara fue cobardemente asesinada a disparos mientras se encontraba en un acto de campaña. Hoy, fueron Ximena Guzmán, secretaria particular de Clara Brugada, y José Muñoz, asesor, quienes de la misma forma fallecieron cuando viajaban en una camioneta sobre Calzada de Tlalpan.
Y claro que desde los shows mañaneros no van a apuntar a la revictimización por nexos con el narco o consumo de drogas, pues en el régimen nadie sería capaz de sugerir eso. Más bien, al igual que las otras víctimas, los funcionarios morenistas solo han sufrido las consecuencias de la ineptitud de un gobierno que pretende hacerle creer a todo México que vivimos en un país de color de rosa, gracias a la impecable labor de nuestros santos protectores Andrés y Claudia.
Tal vez nunca sepamos la verdadera razón del ataque a Ximena Guzmán y José Muñoz, ¿mensaje para Clara?, ¿ajuste de cuentas? Sea lo que haya sido, el gobierno de Morena es el único culpable, porque ¿a poco le van a echar la culpa a la administración pasada de la Ciudad de México?
¡El régimen está siendo presa de su propia ineficacia! Y si ellos no son capaces ni de protegerse a sí mismos, ¿qué nos espera a los ciudadanos?