La Virgen de Guadalupe es uno de los símbolos religiosos y culturales más importantes de México. Su figura es venerada por millones de personas en todo el mundo, pero pocos saben dónde se encuentra la imagen original que, según cuenta la tradición, apareció milagrosamente en el manto de San Juan Diego en 1531.
¿En dónde está resguardada la imagen original de la Virgen de Guadalupe?
Desde su aparición en el cerro del Tepeyac, la imagen de la “Patrona de las Américas” ha sido protegida en diversas ocasiones ante las persecuciones religiosas que han ocurrido en México.
En 1926, durante la Guerra Cristera, un conflicto impulsado por el gobierno y los milicianos católicos, la figura fue retirada de la Basílica de Guadalupe y escondida en un ropero para evitar que sufriera algún daño, mientras los ministros de culto eran obligados a abandonar los templos religiosos.
Tres años después, al finalizar la guerra, la imagen original de la “Morenita del Tepeyac” regresó a la Basílica de Guadalupe, donde ha permanecido desde entonces. Este santuario, considerado uno de los más visitados del mundo, atrae cada año a millones de peregrinos y turistas.
La imagen continúa resguardada en un altar especial dentro de la Nueva Basílica, un edificio moderno inaugurado en 1976 que tiene capacidad para albergar a más de 10,000 personas, donde cada 12 de diciembre reúne a millones.
¿Qué es la tilma de San Juan Diego?
La imagen original de la Virgen de Guadalupe se encuentra plasmada en la tilma, o ayate, de San Juan Diego. Este tejido, hecho con fibras de maguey, fue el soporte en el que, según la tradición, la Virgen dejó milagrosamente su imagen como prueba de sus apariciones ante el obispo Juan de Zumárraga, quien, al verla, quedó convencido de la autenticidad del mensaje divino.
Este manto no solo es un objeto de fe, sino también un fenómeno que ha intrigado a científicos e historiadores durante siglos, debido a su composición y su gran estado de conservación, a pesar de los años.
Considerado como un milagro para los fieles creyentes, en 1784, un platero derramó accidentalmente ácido nítrico sobre el ayate ; sin embargo, la tilma no sufrió daños significativos. Mientras que en 1921, la figura enfrentó un ataque explosivo, cuando un hombre colocó una bomba dentro de un ramo de flores.
Pero para sorpresa de muchos, la tilma, protegida únicamente por un vidrio común en ese entonces, salió completamente ilesa, algo que nuevamente se interpretó como un acto milagroso.
Hoy en día, el ayate de Juan Diego está protegida por un vidrio antibalas y se exhibe sobre un mecanismo que permite a los visitantes observarla desde una cinta transportadora, evitando largas aglomeraciones.