Diversas agrupaciones dedicadas a la defensa de los derechos de la niñez han solicitado formalmente una investigación urgente sobre una comunidad alojada en una red social muy popular, que supuestamente ha estado funcionando como un vehículo para la difusión de archivos delicados. Dicho contenido compromete gravemente la dignidad e inocencia de niñas y niños.
La primera voz de alarma sobre la existencia de este sitio fue emitida por la organización We Are Women in Fire, durante la noche del pasado lunes primero de diciembre.
Organizaciones demandan investigación sobre comunidad en línea que difunde contenido sexual de menores
Expertos han reaccionado con preocupación ante esta revelación, advirtiendo que la actividad constituye un delito de alta seriedad. Los especialistas indican que se trata de aprovechamiento sexual de menores. Un factor que intensifica la alarma es la gran escala del problema: el grupo en cuestión llegó a reunir una impresionante cifra de veinte mil participantes, operando además de forma totalmente abierta al público.
El coordinador de la asociación Tejiendo Redes para la Infancia, Juan Martín Pérez García, ha subrayado que la deficiente fiscalización de estos materiales que tienen como protagonistas a infantes permite que los insumos de vejación sexual no solo permanezcan activos en las plataformas, sino que además el problema avance hacia conductas de mucha mayor seriedad.
Expertos advierten sobre el delito grave de abuso sexual infantil en plataformas digitales
Pérez García explicó que este fenómeno no se limita a la distribución de representaciones de índole sexual explícita, sino que a menudo incluye la difusión de imágenes privadas y cotidianas de niñas y mujeres. Estas fotografías son, sorprendentemente, compartidas por sus propios parientes o, en otros casos, por individuos sin ninguna relación familiar. Toda esta cadena de hechos se inscribe dentro del concepto que las organizaciones han denominado violencia sexual en el ámbito digital.
El experto señaló que los entornos digitales presentan un desafío monumental. Los algoritmos de las plataformas están diseñados con el fin primordial de capturar la atención de los usuarios, y si bien sus políticas se rigen, en principio, por el respeto a las normativas, existe una zona gris y vulnerable. En ella, gran parte del material, sobre todo el que atañe a adolescentes, se replica masivamente entre un amplio segmento de hombres que también forman parte activa de estas dinámicas.
El representante de Tejiendo Redes para la Infancia puntualizó que el caso no es un incidente aislado. Rememoró una situación previa ocurrida en Italia, donde se identificó una comunidad compuesta por más de setenta mil varones dedicados a intercambiar fotografías de sus compañeras. En México, mencionó, es posible hallar situaciones similares en distintas redes sociales, donde hombres comparten archivos de sus parejas o, como se dio en la denuncia más reciente, incluso de sus propias hijas.
Ante la evidencia, el especialista enfatizó la corresponsabilidad que recae sobre las compañías operadoras de las plataformas. Sus lineamientos internos no deben ser meros textos básicos, sino que deben estar complementados por una vigilancia más rigurosa por parte de las autoridades competentes, la cual debe desembocar en la aplicación de sanciones ejemplares.
Combate a la violencia digital contra la infancia
En el ámbito penal y legislativo, se discutió qué acciones son necesarias para castigar apropiadamente este tipo de ilícitos, especialmente considerando que 20 mil personas integraban la comunidad dedicada a compartir y perpetrar la violación de la dignidad de las personas en edad temprana. Pérez García indicó que, en el suceso concreto que fue reportado, se señalaba que quienes publicaban el contenido eran los progenitores de las niñas. Esta conducta podría ser encuadrada en la legislación nacional como perversión de menores o, dependiendo del tipo de archivo, como material de abuso sexual infantil, el término preferido por las organizaciones en lugar de pornografía de infantes.
Además, si bien la Ley Olimpia ya está vigente en casi todo el país como un recurso legal para confrontar estas agresiones, se hizo un llamado a emprender una revisión normativa más completa. El objetivo de esta acción es cerrar las posibles lagunas que pudieran ser explotadas por los responsables para eludir la acción de la justicia.
Una faceta desconcertante del caso es que muchos de los usuarios que participan activamente en la degradación de las niñas mediante comentarios utilizan perfiles personales que parecen totalmente legítimos, incluso compartiendo fotografías con sus propios núcleos familiares.