Una de las polémicas más grandes que han dejado estos Juegos Olímpicos está relacionada con la limpieza del Río Sena, uno de los más largos de Europa, y que alberga competencias como el triatlón durante esta edición olímpica.
Este río, como muchos otros en el mundo, recibe aguas negras, sobre todo cuando llueve, pues no faltan las alcantarillas que se desbordan, y aunque el problema es de décadas, desde el 2016 el gobierno de París inició un proyecto de limpieza que hasta la fecha ha costado 1,400 millones de euros, cifra que por supuesto no tiene nada contentos a los parisinos pues consideran que hay necesidades más urgentes.
Y a pesar de las protestas y el intento de sabotaje por parte de los ciudadanos, el gobierno ha insistido que el Sena se encuentra en condiciones aceptables, tan así que Anne Hidalgo, alcaldesa de París, nadó en el río para demostrar que el proyecto de limpieza ha rendido buenos frutos.
Sin embargo, la realidad es otra, ya que dos atletas han presentado malestares después de haber nadado. El primero fue el canadiense Tyler Mislawchuk, quien después de su competencia de triatlón, vomitó en varias ocasiones, y la segunda fue Claire Michel, quien se encuentra hospitalizada por una infección de E. coli, tras haber nadado en el Sena. Como consecuencia, el equipo de triatlón de Bélgica, compañeros de Michel, abandonó su participación de la contienda.
¡De urgencia! Retiran cantimploras contaminadas de París 2024 por riesgo de salud
Este es un claro ejemplo de la necedad de algunos gobiernos, a quienes no les importa pasar por encima de lo que la mayoría de la ciudadanía diga, o aún de lo que la ciencia diga. Como este, hay muchos casos en el mundo, incluido México, donde en incontables ocasiones hemos visto y sufrido las consecuencias de malas decisiones gubernamentales.
Impuestos, impartición de justicia, carreteras, retornos viales, estrategias de seguridad, sistema de salud, o el sistema educativo, han pasado por el mismo tratamiento que el río Sena; son decididos sin un análisis que realmente sustente los cambios que quieren hacer, gastando millones de pesos sin siquiera escuchar las necesidades del pueblo.
Y lo peor es que las consecuencias no se resumen en un malestar físico de unos cuantos días.