El metapneumovirus humano (HMPV) ha comenzado a generar preocupación a nivel global, especialmente con su reciente aparición en México. Este virus, que causa enfermedades respiratorias, puede ser más peligroso de lo que parece, ya que afecta principalmente a los grupos vulnerables como niños y adultos mayores. Pero, ¿cómo se contagia realmente y cuáles son sus síntomas? Esto es lo que tienes que saber.
¿Qué es el HMPV? Enfermedad que causa alerta en China
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), el metapneumovirus humano, conocido también como HMPV, es un virus respiratorio de la familia Paramyxoviridae, identificado por primera vez en 2001. Aunque suele provocar infecciones leves, en ciertos casos puede llevar a complicaciones graves como neumonía, especialmente en personas con sistemas inmunitarios debilitados como niños o adultos mayores.
Síntomas del HMP, ¿cómo identificarlo?
Los síntomas del HMPV pueden variar dependiendo de la severidad de la enfermedad. Es fundamental identificarlos para un diagnóstico adecuado. Los signos más comunes incluyen:
- Tos, puede ser seca o productiva.
- Fiebre, generalmente moderada, pero puede ser más alta en casos severos.
- Secreción o congestión nasal, común en infecciones respiratorias.
- Dolor de garganta, puede acompañar a otros síntomas respiratorios.
- Sibilancias, sonidos similares a silbidos durante la respiración, indicando obstrucción de las vías respiratorias.
- Dificultad para respirar (disnea): Puede ser leve o severa, especialmente en grupos vulnerables.
¡Tómalo en cuenta! Aunque el HMPV generalmente causa síntomas leves en adultos sanos, tiene el potencial de provocar infecciones más graves, como bronquitis o neumonía, especialmente en grupos vulnerables como niños pequeños y adultos mayores. En contraste, el resfriado común raramente causa complicaciones severas.
¿Cómo se contagia el metapneumovirus humano?
El HMPV es conocido por su comportamiento estacional, presentándose principalmente durante los meses más fríos del año, especialmente en invierno y primavera. Este patrón de circulación es similar al de otros virus respiratorios, como la gripe . La propagación tiende a aumentar en climas fríos, donde las personas pasan más tiempo en espacios cerrados, facilitando así la transmisión del virus.