Cuando opinar cuesta: castigos por hablarle al poder
En México, opinar contra políticos puede costarte una disculpa pública. La censura ya no es ficción, está aquí y va por los ciudadanos... ¿lo sabes?
Es la ley censura, pero creo que no nos hemos dado cuenta de que esa censura que empieza con “C” y termina con “A”, de “presidentA”, ya está aquí y está en contra tuya, sí, en contra de los ciudadanos.
Vamos por partes, como diría el descuartizador. Todo empezó con el ateo de Fernández Noroña, quien obligó al ciudadano Carlos Vázquez a disculparse públicamente porque Carlos le dijo cosas en su cara allí, en el aeropuerto. Gerardo lo mandó a llamar para que se rindiera ante el “príncipe del Senado”. Eso le pasó a Carlos.
A Carla ya la sentenció el autoritarismo ciudadano. En Sonora, fue sancionada por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación por un tuit que escribió el 14 de febrero de 2024. Carla se preguntaba entonces cómo obtuvo su candidatura, insinuando que fue por la ayuda de su esposo, Sergio Gutiérrez Luna. Eso no le gustó nadita a la diputada Diana Karina Barreras, del PT, quien la denunció. Ahora, Carla, entre otras cosas, está obligada a ofrecer disculpas públicas en sus redes sociales durante 30 días.
Sí, es la censura contra ti, contra los ciudadanos, por decirle a los políticos lo que piensas, lo que sientes, se los digas en vivo y a todo color, o se los digas en las redes sociales. Esto es la censura, con todas sus letras.
