Desplazamiento por terror: Miles de indígenas huyen de la violencia en Chihuahua

Los desplazamientos son consecuencia directa de la violencia generada por grupos criminales que disputan el control de la minería ilegal de oro y plata.

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Por: Pilar Espinoza

Con información de: Federico Anaya

Más de 3 mil indígenas guarijíos y pimas de Moris, Chihuahua, han sido desplazados a la Ciudad de México y Estado de México debido a la violencia generada por grupos criminales que disputan el control de la minería ilegal.

Bombardeos con drones y el temor constante los han obligado a abandonar sus hogares, dejando atrás sus tierras y medios de vida. Denuncian la falta de apoyo gubernamental y claman por regresar a sus comunidades. Fuerza Informativa Azteca (FIA) te presenta las voces de los afectados y la cruda realidad del desplazamiento forzado en la sierra chihuahuense.

Indígenas Guarijíos y Pimas desplazados por violencia en Moris

Al menos 300 indígenas guarijíos y pimas provenientes de las comunidades de Finca Pesqueira y San José de la Trompa, en el municipio de Moris, Chihuahua, se encuentran actualmente hacinados en hoteles de la Ciudad de México y el Estado de México. Esta migración forzada se debe a la violencia extrema que enfrentan en sus tierras, situadas a más de 1,753 kilómetros de distancia.

Los desplazados denuncian que los constantes bombardeos con drones por parte de grupos criminales han sido la principal causa de su huida. Hilario Valenzuela, gobernador de Finca Pesqueira, relata:

“A las siete de la tarde cayeron las bombas, la gente de Cheltepín, La Barranca, San Juan, todos están con nosotros ahora. Se puso muy feo.”Javier Cartalejo, desplazado, añade:

“Somos de la finca y últimamente hemos tenido miedo. Andan gente echando bombas, no peleamos con nadie. La inseguridad es algo que no se vive a gusto.”

Víctimas del fuego cruzado y explotación minera ilegal

Más de 3 mil indígenas han sido víctimas del fuego cruzado entre organizaciones criminales que se disputan el cobro de derecho de piso por la explotación ilegal de oro y plata. Muchos de ellos, como los gambusinos, trabajaban en las minas o en el campo para subsistir. Eva Luna Ruiz, desplazada, comenta: “Salimos de miedo, dejamos todo tirado. Yo con mi viejo batallando con un jaloncito de agua.”

Denuncias formales y petición de apoyo gubernamental

Las comunidades indígenas han presentado denuncias formales ante instancias federales contra el grupo criminal conocido como “Los Salazar”, responsables de sembrar el terror en la sierra. Hilario Valenzuela expresa su petición: “Queremos regresar a nuestra comunidad, a nuestra casa, porque de ahí somos.”

Por ahora, los indígenas desplazados esperan no convertirse en una estadística más de pueblos fantasmas y comunidades sin bienestar. Su lucha por justicia y retorno continúa, mientras enfrentan la incertidumbre lejos de su tierra natal.

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