La indignación crece en Uruapan luego de que se confirmara que el presunto asesino del alcalde Carlos Manzo, un joven de 17 años identificado como Víctor Manuel Ubaldo, fue abatido después de haber sido detenido.
El hecho, revelado este lunes por el gobernador Alfredo Ramírez Bedolla, desató una oleada de sospechas y reclamos de justicia, pues el homicida habría recibido un disparo mortal cuando ya estaba bajo custodia.
“Se está investigando el porqué del abatimiento en el lugar del homicida, porque lo detienen y momentos después hay un forcejeo y un solo disparo que lo abate… eso también se está investigando”, declaró el mandatario estatal.
La versión oficial asegura que el adolescente fue capturado por elementos de la Guardia Nacional y escoltas del alcalde, pero las circunstancias de su muerte apuntan a una posible ejecución extrajudicial para impedir que revelara quiénes le ordenaron cometer el crimen.
Ocho escoltas y 14 elementos de la Guardia Nacional bajo investigación
Fuentes de seguridad confirmaron que los ocho escoltas personales de Manzo y 14 miembros de la Guardia Nacional que participaron en el operativo están bajo investigación.
El caso ha levantado sospechas de una conspiración para eliminar al sicario y encubrir a los autores intelectuales, lo que ha incrementado la tensión política en Michoacán.
Entre las líneas de investigación, una apunta hacia un grupo morenista encabezado por el senador Raúl Morón, el diputado Leonel Godoy y el exalcalde de Uruapan, Nacho Campos, con quienes Manzo mantenía fuertes diferencias políticas y denuncias previas.
Uruapan marcha otra vez: “Ni un paso atrás” contra la impunidad
El asesinato y las inconsistencias en el caso encendieron la indignación ciudadana.
Miles de personas salieron nuevamente a las calles bajo la consigna #NiUnPasoAtrás, marchando a pie, a caballo, en autos y motocicletas, para exigir seguridad, justicia y el esclarecimiento total del crimen.
La movilización, que se suma a la del pasado viernes, demuestra que Uruapan no descansará hasta conocer la verdad sobre quién ordenó asesinar a su alcalde.
Mientras tanto, la sombra de la impunidad vuelve a cubrir a Michoacán, donde la violencia política y la desconfianza hacia las instituciones parecen no tener fin.