En 1992, México firmó el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá (TLCAN), y muchos creían que la decisión sería desastrosa, como recuerda el economista Arturo Damm: “Mucha gente decía que ese tratado era una total y absoluta imprudencia, porque en el momento en el cual entraran a la economía mexicana productos estadounidenses y canadienses, iban a traer tal competencia que los productores mexicanos no iban a poder competir”.
Es decir, existía un miedo desmedido a la competencia, y más aún, a la competencia internacional.
Pero el resultado no fue desastroso, al contrario gracias a la competencia que significó el TLCAN, la industria mexicana se fortaleció, y los grandes beneficiados fueron los consumidores.
El economista Guillermo Barba señaló: “Ahora México es el primer socio de Estados Unidos, el primer socio comercial, con una competencia fuerte con Canadá y China, hay muchas empresas que han crecido más que nunca a partir de esa competencia, justamente porque se han tenido que consolidar y ser mejores para sus clientes”.
México firmó el TLC en 1992; se creía que la decisión sería desastrosa
Cabotaje, nueva posibilidad de competir
Hoy, a 30 años de distancia, ese miedo a la competencia en aviación comercial resurge con la posiblidad de permitir el llamado “cabotaje”, es decir, que aerolíneas extranjeras ofrezcan servicios domésticos dentro de territorio nacional.
Al respecto, Arturo Damm señala: “Y la pregunta es, ¿eso tiene algo de malo? A ver, crear las condiciones para que las empresas se tengan que esforzar para satisfacer de mejor manera en términos de precio, calidad y servicio las necesidades de los consumidores, ¿tiene algo de malo? Pues claro que no, y la única manera de generar esos incentivos es por medio de la competencia”.
Una competencia que, aseguran los expertos, generará mas oferta, mejores servicios, menores precios y mayor libertad de elección para los usuarios. “Hay que hacer a un lado los nacionalismos, que siempre son negativos, porque los nacionalismos son los que nos llevan a las guerras, nos llevan a conflictos, el libre comercio nos lleva a la cooperación, a la competencia y a servir mejor al usuario”, puntualiza Guillermo Barba.
Así, expertos coinciden en que el cabotaje llegará a fortalecer a la industria nacional, y el gran ganador será el pasajero.
Por lo tanto, no hay que tenerle miedo a la competencia, al contrario hay que tenerle pánico a la incompetencia.