Un grupo de 34 soldados del Ejército de Colombia fue secuestrado este martes en el departamento de Guaviare, una convulsa región del centro-sur del país. El ministro de Defensa, Pedro Sánchez, atribuyó el acto a las disidencias de la extinta guerrilla de las FARC, específicamente al frente liderado por el conocido cabecilla “Iván Mordisco”.

El secuestro masivo, que según el gobierno fue ejecutado por civiles presuntamente coaccionados por el grupo armado, se produce en un momento de alta tensión y es visto como una represalia tras una serie de golpes del Estado contra esta organización criminal. El gobierno ha solicitado la mediación de la Defensoría del Pueblo y de la ONU para lograr la liberación.

Una “población civil"como señuelo y una demanda macabra

Según la versión oficial, el secuestro ocurrió en la zona rural del municipio de El Retorno. Los 34 militares no fueron capturados en combate, sino que fueron rodeados y retenidos por un grupo de personas vestidas de civil. El ministro Sánchez afirmó que esta población fue presuntamente amenazada o infiltrada por hombres de “Iván Mordisco” para servir de escudo humano y ejecutar la retención.

La demanda de los secuestradores es inusual y macabra: exigen que las autoridades les entreguen el cuerpo de uno de los 10 miembros de su grupo que murieron el pasado domingo durante una operación de las Fuerzas Armadas en la misma zona. El ministro Sánchez respondió que el cadáver se encuentra en la capital departamental, San José del Guaviare, siguiendo los protocolos forenses y judiciales.

“Desde el inicio se ha ofrecido el transporte de estas personas a San José del Guaviare y todas las garantías institucionales para que conozcan y acompañen de primera mano los procesos”, aseguró el funcionario.

Una escalada de violencia: de Cali al hermano de “mordisco”

En las últimas semanas, el grupo de “Iván Mordisco” ha sido responsabilizado por ataques con explosivos que dejaron varios muertos en las ciudades de Amalfi (Antioquia) y Cali (Valle del Cauca), demostrando su capacidad para golpear en diferentes puntos del país.

Sin embargo, el detonante más probable de la actual crisis fue un duro golpe propinado por las autoridades: la reciente captura en El Peñón de alias “Mono Luis”, hermano y presunto operador financiero clave de “Iván Mordisco”. El secuestro de los 34 soldados es interpretado por los analistas de seguridad como una clara represalia por este arresto y un intento desesperado de ganar poder de negociación.