Cuando Harold Schechter, autor de Deviant: The Shocking True Story of Ed Gein, the Original Psycho, vio los primeros episodios de la serie “Monster: La historia de Ed Gein”, algo le hizo fruncir el ceño. No fue solo la violencia o el horror, lo que le molestó fue cómo ciertas escenas pintan al “monstruo” con detalles que, según él, nunca ocurrieron.
En su conversación con The New York Post, el biógrafo puso sobre la mesa ejemplos concretos y advirtió: que la serie podría sembrar una versión de los hechos mucho más llena de ficción que realidad, y esto podría confundir a quienes la vean.
¿Qué es real y qué no en la serie sobre Ed Gein?
Schechter señala que algunos momentos dramáticos no tienen base documental. Entre ellos, se menciona una escena inicial en la que Gein realiza asfixia autoerótica, algo que, de acuerdo con el autor, no aparece en registros confiables.
También critica el romance ficticio entre Gein y Adeline Watkins, personaje que, según Schechter, no era su pareja, aunque la serie lo presenta así. Otra escena que usa la obra con licencia narrativa muestra a Gein ayudando a capturar a Ted Bundy, lo que Schechter afirma es totalmente inventado.

¿A cuántas personas mató Ed Gein en la vida real?
Schechter insiste en que utilizar el término “asesino serial” para Ed Gein es impreciso porque ese concepto no aplica a su perfil criminal.
Según explicó, Gein cometió dos asesinatos confirmados y se interesaba más en exhumar cuerpos para diseccionarlos que en la tortura o en el placer sexual derivado del crimen, cosas que sí caracterizan asesinos seriales como Ted Bundy o John Wayne Gacy.
Para fundamentar esto con contexto histórico, recuerda que el término “serial killer” fue acuñado en los años 70 dentro del FBI (Federal Bureau of Investigation) —Robert Ressler es uno de los investigadores citados como clave en esa definición profesional.
¿Qué partes son reales de la serie sobre Ed Gein?
No todo es crítica. Schechter admite que algunas escenas se ajustan a lo que se sabe: la influencia extrema que tuvo la madre de Gein en su vida, sus episodios de profanación de tumbas y ciertos detalles macabros sobre cómo utilizaba restos humanos fueron representados de forma consistente con los documentos históricos.
No obstante, Schechter alerta que cuando una serie se presenta como “basada en hechos reales”, muchos espectadores asumirá que cada escena refleja la verdad. Esa confusión puede afectar la memoria colectiva: historias familiares, víctimas, percepciones del crimen, e incluso la comprensión de la salud mental como parte del contexto.
En sus palabras, ve con preocupación que la ficción pueda “traicionar” la historia real al dramatizar para entretener.