La noche cayó con un silencio pesado sobre el Cerro de la Estrella, en Iztapalapa. Sin advertencia, apareció un grupo de luces rojizas, flotando sobre la cima, danzando con movimientos retorcidos y erráticos. Alguien, temblando, comenzó a grabar con su teléfono. Las esferas parecían respirar en la penumbra, como si estuvieran vivas ¿o eran ellas?
Según la leyenda, esas mismas luces son las “bolas de fuego” en que se transforman las brujas durante sus rituales nocturnos. Aquella grabación inesperada fue subida a TikTok por @dannyvanpyre, y el video se volvió viral enseguida, sumiendo a la gente en el más absoluto pánico.
Las luces, de un rojo intenso, se movían en patrones curvos y espeluznantes, como si coreografiadas por fuerzas invisibles. En un momento, sus destellos parecían agruparse, evocando un aquelarre ancestral en plena comunión con la noche. No se escuchan cantos, solo un leve zumbido urbano, como si la ciudad contuviera la respiración, aterrada .
Testigos en los comentarios aseguraban que el fenómeno se repite en Semana Santa o cercano al Día de Muertos. Algunos relataron haber oído risas macabras y susurros arrastrados por el viento. “Se oyen sus risas o gritos...”, escribió uno desde el Eje 3, recordando viejas historias: “siempre se veían desde que era chico”. Otro relató que las cámaras fallan en la cima, como si el cerro absorbiera toda señal, y que el aire se vuelve denso, casi físico.
Científicos sugieren explicaciones naturales: rayo globular o metano ardiendo bajo tierra . Pero tales teorías no explican las historias de rituales oscuros ni los ecos de voces humanas que algunos escuchan al caer la noche. Para comunidades rurales, estos fenómenos no son raros, sino señales. Señales de que el velo entre los mundos se adelgaza y de que lo prohibido se manifiesta.
Aquellos que se atreven a subir de noche aseguran que en lo profundo del cerro se percibe algo antiguo, antiguo y poderoso. Algo que, una vez visto, no puede desverse, que te persigue con su incógnita y susurros en la oscuridad.
Y en ese video, bajo el manto de estrellas, la pregunta permanece: ¿fuego natural… o brujas en pleno ritual ancestral?