¿Barcos, fiestas, conciertos o construcciones? Los vecinos de un barrio en Tampa, Florida, ya no saben en qué lugar buscar de dónde proviene el sonido que, desde hace más de tres años, los tiene desconcertados y a algunas familias no las deja ni dormir.
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Luego de soportar este ruido recurrente durante un tiempo, algunos residentes comenzaron a tomar medidas para identificar la fuente. Así fue como Sara Healy, que vive allí desde el 2010, se contactó con un científico marino y logró recaudar fondos con sus vecinos para comprar hidrófonos que puedan grabar audio en la bahía, donde sospechan que nace el sonido.
Así fue como Healy creó un GoFundMe, donde logró juntar 2,500 dólares con donaciones de los residentes, y el científico James Locascio accedió a ayudarlos colocando micrófonos bajo el agua. “Me parecía un poco tonto perseguir esto con tanto empeño. Pero es algo importante para la comunidad”, dijo a The Washington Post.
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¿De dónde proviene el ruido?
Locascio es director del programa de pesca del Acuario y Laboratorio Marino Mote de Sarasota, Florida, y tiene una teoría sobre cuál podría ser el origen del ruido. Según explicó, las corvinas negras producen un sonido similar al del bajo de un altavoz cuando se aparean. Es ahí cuando los peces flexionan los músculos contra la vejiga natatoria para producir sonidos de tambor a bajas frecuencias.
A pesar de que los sonidos subacuáticos rara vez se propagan al aire debido a las diferencias de densidad, el científico señaló que los ruidos del tambor negro viajan a través del suelo y los túneles, a veces alcanzando las viviendas de las personas.
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Asimismo, sugirió que el aumento en la población de corvinas negras en la bahía de Tampa en los últimos años podría estar causando molestias. “Estos peces se reproducen durante las noches de invierno”, subrayó. Casualmente, el ruido fue poco frecuente la mayor parte del año pasado y resurgió este invierno.
Locascio planea instalar dos o tres micrófonos bajo el agua y grabar los sonidos. Para evitar los permisos municipales, Healy dijo que algunos vecinos han accedido a colocar los micrófonos en su propiedad privada. Además, el científico planteó que podría acercarse a la corvina negra todo lo posible en barco para corroborar o refutar su teoría.
Los residentes tienen previsto seguir recaudando fondos para investigar otras posibles fuentes de ruido. Por otro lado, planean hacer encuestas a las personas que hayan oído este sonido y analizar los datos.