Este pequeño pueblo de Texas está convirtiéndose en el nuevo “Aspen": cada vez llegan más millonarios

Un pequeño pueblo alemán en Texas, donde ahora aterrizan hasta 30 jets privados por semana, está transformándose en el nuevo Aspen para la élite millonaria.

una vista de la metrópolis de Fredericksburg, TX.
Crédito: Shutterstock

El aire apacible de Texas Hill Country ya no es el mismo. Un pequeño pueblo, famoso por su herencia alemana y su ambiente relajado, se está llenando de jets privados, boutiques de lujo y propiedades millonarias. La élite ha puesto sus ojos en este rincón del Estado de la Estrella Solitaria, y su impacto se siente en cada rincón.

Se trata de Fredericksburg, una histórica ciudad de 10,000 habitantes que ha pasado de ser un refugio de antigüedades a convertirse en el segundo destino vinícola más visitado de EU, con más de 1.2 millones de turistas al año. Su encanto rural, su escena vinícola en auge y su exclusividad han atraído a los más adinerados, lo que cambió por completo su ritmo de vida.

Pero no todos están felices con esta evolución. Mientras algunos ven una oportunidad, muchos residentes temen que su comunidad pierda su esencia. Tras el aumento del costo de vida y la llegada de una cultura de lujo, la pregunta es inevitable: ¿puede conservar su identidad o será otra víctima del turismo desbordado?

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¿Por qué cada vez más millonarios eligen este pueblo de Texas?

Fredericksburg nació en 1846 como un asentamiento alemán en el corazón texano. Sus fundadores, liderados por John O. Meusebach, trajeron consigo sus costumbres, su idioma y su arquitectura, lo que creó una comunidad única con una particular unión de países.

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Hoy, sus calles aún conservan más de 700 estructuras históricas, pero el ambiente ha cambiado. El crecimiento turístico transformó por completo la ciudad. Main Street dejó atrás sus comercios tradicionales para dar espacio a restaurantes exclusivos, salas de degustación de vinos y tiendas de muebles rústicos franceses.

La Ruta 290, apodada el “Napa Valley de Texas”, ahora cuenta con decenas de viñedos, cervecerías y destilerías que atraen a visitantes de alto nivel. En el aeropuerto del condado de Gillespie, el tráfico de jets privados aumentó drásticamente, con viajeros que llegan a la comunidad de golf Boot Ranch, donde la riqueza es la norma.

El pueblo de Texas que se está convirtiendo en el nuevo “Aspen”

La transformación en un sitio exclusivo no ocurrió por casualidad. En el 2009, los funcionarios de turismo, junto con la agencia de marca Creative Noggin, iniciaron una ambiciosa campaña para atraer a visitantes más jóvenes y adinerados.

Durante 14 años, el plan rediseñó la imagen del pueblo y dejó atrás su fama de destino de antigüedades y granjas de duraznos para posicionarlo como un refugio sofisticado con culinaria exclusiva y una escena vinícola en expansión.

El modelo a seguir era claro: Aspen. La icónica ciudad de Colorado es un imán para los multimillonarios y famosos, donde uno de cada 67 residentes posee una fortuna de al menos 30 millones de dólares.

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Fredericksburg tomó inspiración de este éxito y dirigió su publicidad digital a viajeros de Dallas y Houston con alto poder adquisitivo. La estrategia buscaba fomentar estadías prolongadas y un mayor gasto en experiencias costosas.

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