Las cosas parecían estar de cabeza en la familia real, todo esto sucedió cuando el llamado Príncipe Harry y su esposa Meghan Markle anunciaron que no serían más miembros de la realeza. Una decisión que sucumbió los suelos del palacio real y de todos los integrantes, especialmente el de la Reina Isabel, quien parecía muy afectada por la decisión tomada. Después de varias semanas, la reina y su nieto se han sentado a hablar de todo lo que ha sucedido.
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Antes de que se diera esta reunión, se había hecho una en donde estuvieron presentes la Reina Isabel II, el príncipe Carlos, y sus dos hijos, William y Harry, en la residencia de invierno menor conocida como Sandingham. Una charla, que más que platica fue un tipo de negociación para convencer a Harry de permanecer con su título; sin embargo, esto solamente generó más separo y polémica.
Después de un par de meses de todo este asunto, la monarca británica y Harry se han vuelto a reunir, esta vez sin terceros, para hablar por alrededor de cuatro horas y compartir un desayuno que se trataba de salmón acompañado de ensalada, algunas tazas de té y una ensalada fresca de pepino.
Esta charla fue para hacer ciertas aclaraciones a lo que ha estado pasando, los planes que los Duques de Sussex tienen y de todo el remolino de sentimientos que el hijo menor de Lady Di tiene en su corazón.
Esta junta familiar tuvo lugar en el Castillo de Windsor, pues ella tenía muchos temas que tocar con Harry y este era un excelente momento para que ambos pudieran decir y dar a conocer sus versiones.
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Se ha dicho que la Reina se mostró como un apoyo para su nieto, incluso no piensa cerrarle las puertas reales a Harry ni a su esposa y, evidentemente, al pequeño Archie; la mujer concluyó esta plática haciéndole saber que es un ser muy querido para ella y que siempre será bienvenido. Una aclaración en la que se le da a entender a Harry que, cuando quiera, su lugar estará ahí.