El Cashondillo del Taller de La Resolana se transformó en una auténtica pijamada real donde no faltaron las carcajadas, los momentazos inesperados y ese humor sin filtro que ya es sello del programa.
El Cashondillo del Taller de La Resolana se transformó en una auténtica pijamada real donde no faltaron las carcajadas, los momentazos inesperados y ese humor sin filtro que ya es sello del programa.