Antes del desafortunado fallecimiento de Juan Gabriel, su amiga, Rosenda Puentes, le preguntó si todos los papeles de su casa en Cancún estaban en regla, a lo que “El Divo de Juárez” le dijo que sí, pues esa casa se la heredó a su ahijado André del Regil y a su esposa, pero hace un tiempo fueron desalojados por quien le había vendido el predio a Juan Gabriel, situación que Rosenda lamenta profundamente.