El árbol de Navidad es uno de los elementos más emblemáticos de la temporada navideña. Cada año, millones de personas alrededor del mundo se enfrentan a la misma pregunta: ¿natural o artificial? Ambas opciones tienen sus ventajas y desventajas, por lo que es importante considerar diversos aspectos antes de tomar una decisión.
¿Qué contamina menos un árbol natural o uno artificial?
La elección de un árbol natural puede parecer la opción más lógica, sin embargo, la huella de carbono de estos árboles depende de nuestras decisiones desde que los compramos hasta que nos deshacemos de ellos. Para asegurarnos de tomar una decisión amigable con el medio ambiente, debemos buscar árboles de vendedores certificados por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT). De esta manera, nos aseguramos de que el árbol no provenga de una tala ilegal y que su origen sea sostenible.
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Además, es importante tener en cuenta la distancia desde la que se importa el árbol. Elegir árboles locales no solo reduce los costos ambientales del transporte, sino que también beneficia a las comunidades locales dedicadas a esta actividad. Pero la verdadera prueba de nuestra elección llega después de las fiestas: ¿cómo nos deshacemos del árbol?
Según el informe de impacto de CarbonTrust, si convertimos nuestro árbol en astillas y las esparcimos en un jardín, generamos una huella de carbono de aproximadamente 3.5 kg de CO2e. Pero si lo tiramos a un vertedero, esa cifra se eleva a 16 kg de CO2e. De este modo no se trata simplemente de desechar el árbol, sino de asegurarnos de que sea reciclado adecuadamente. Otra alternativa que surge como opción para estimular el cuidado y la plantación de árboles al término de esta época es alquilar árboles de navidad.
¿Cuánto tiempo dura un árbol de Navidad artificial?
Por otro lado, los árboles artificiales, fabricados con plástico y otros materiales contaminantes, pueden parecer menos atractivos al principio. No obstante, las secuelas que dejan en el medio ambiente son de aproximadamente 40 kg de CO2e de acuerdo con CarbonCredits, lo que pone en perspectiva su impacto a largo plazo. Comparando esto con las emisiones de un árbol natural convertido en astillas (3.5 kg de CO2e), queda claro que un árbol artificial debe usarse al menos 12 años para ser más sostenible que su contraparte natural.
El secreto está en la durabilidad y el reciclaje. Al desechar un árbol artificial, asegurémonos de que sea reciclado adecuadamente, ya que, de lo contrario, tardaría más de 100 años en degradarse. Es decir que, el compromiso de cada individuo juega un papel fundamental en la disminución de la huella de carbono.
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Por otra parte, ser consciente del medio ambiente no termina con la elección del árbol de navidad. Luego de la época navideña, es posible continuar contribuyendo con el ecosistema. Una opción es implementar la aplicación BBVA Mx, la cual ofrece una calculadora de huella de carbono, que toma en cuenta los gastos en tarjetas y pagos domiciliados. Brinda detalles claros acerca del impacto antrópico en unidades de dióxido de carbono (CO2), proporcionando semejanzas que permiten tener una mejor comprensión de la información.
Estas medidas nos animan a cambiar nuestra forma de consumir y nuestras actividades diarias, ayudando a reducir nuestro impacto en el medio ambiente. Cada pequeño gesto cuenta, y elegir un árbol de Navidad es solo el primer paso hacia un estilo de vida más sostenible.