Tanto la depresión como la ansiedad, son catalogadas por la Organización Mundial de la Salud como enfermedades de la salud mental. Su ocurrencia es cada vez más frecuente en el común de la población mundial y con pacientes cada vez más jóvenes. En el caso de la ansiedad, esta es una sensación que, en condiciones habituales, es normal en todas las personas. El problema se presenta cuando situaciones normales que generan miedo o estrés, se vuelven cotidianas, excesivas y persistentes, produciendo entonces pánico y miedo sin control, afectando el desenvolvimiento de las personas que lo padecen, derivando en otro tipo de síntomas.
Lo Que Callamos Las Mujeres| Capítulo | Cintia: ¿Y si no hay mañana?
La depresión, por su parte, es a veces confundida con cambios en el estado de ánimo y a las reacciones emocionales de las personas; sin embargo, es muy diferente a estos cambios y puede convertirse en un problema de gravedad, si no se le atiende oportunamente. La depresión puede convertirse en un problema recurrente, aumentando la intensidad desde moderada a grave, afectando a quien la padece en su vida laboral, afectiva, laboral y familiar. En casos graves, quienes viven con depresión pueden presentar situaciones de suicidio, de ahí la importancia de su detección a tiempo.
Te puede interesar: ¿Conoces a alguien con ansiedad o depresión? ¡Aquí brindan ayuda!
Desde que se tiene registro, son cada vez más frecuentes en personas de menor edad. Probablemente se debe a que en la actualidad, a diferencia del pasado, las personas en todo el mundo están sometidas a escenarios en los que el estrés y la ansiedad son más constantes, además del estilo de vida que demanda resultados fuera de la esfera de decisión, conduciendo frecuentemente a la frustración y al estrés.
¿Cómo funcionan?
La ansiedad y la depresión en en la infancia y adolescencia, según el Manual para el Diagnóstico y Estadística de Desórdenes Mentales, pueden manifestarse con estados de ánimo como la tristeza, vacío, irritabilidad y pérdida de interés por todo o casi todas las actividades a lo largo del día. Estos episodios pueden estar acompañados de insomnio, inapetencia, o pérdida de peso, entre otros síntomas.
Tanto la ansiedad como la depresión pueden iniciar con síntomas y comportamientos muy comunes que pueden fácilmente ser confundidos con cambios naturales de estados de ánimo. De ahí la importancia de que las personas que puedan padecerlo, familiares o amistades, conozcan los síntomas indicativos de su posible presencia, en cuyo caso se requieren, en su gran mayoría, de cuidados y tratamiento.
¿Cuál es su origen?
El Centro de Control de Enfermedades de los Estados Unidos señala que, el origen de la depresión aún no es claro, existiendo diversos factores tanto ambientales, psicológicos, biológicos y genéticos que influyen en que una persona pueda desarrollar síntomas de ansiedad grave y depresión.
Dependiendo de cada persona, su entorno, condiciones físicas y psicoemocionales, la posibilidad de que se puedan desarrollar estos padecimientos, se incrementan. Entre los factores que elevan la probabilidad de ansiedad o depresión, se encuentran:
- Contar con familiares consanguíneos que hayan tenido depresión.
- Haber padecido de eventos traumáticos o estresantes, como un abuso físico o emocional; la muerte de un familiar o alguna persona cercana; y problemas económicos.
- Tomar cierto tipo de medicamentos.
- Transitar por cambios radicales en la vida.
- Consumo de drogas y alcohol.
- Padecer alguna enfermedad crónica que merme la calidad de vida de la persona.
- Tener o haber padecido algún otro trastorno mental, como sucede en ocasiones que quien padece ansiedad, desarrolla depresión.
Especialistas en el tema añaden causas relacionadas con el estilo de vida moderno , tales como: altas expectativas y presión por alcanzar el éxito, un mundo que parece atemorizante y amenazador y las redes sociales.
No te pierdas: Cintia: ¿Y si no hay mañana? Depresión y ansiedad en jóvenes
¿Cómo prevenirlo?
Es sumamente complejo en la vida actual evitar los factores que puedan detonar escenarios de ansiedad y depresión, particularmente en la infancia y adolescencia. Hoy más que nunca hay una conexión a través del internet y las redes sociales; que convierte más estresantes los entornos.
Especialistas sugieren ciertas medidas para disminuir los riesgos de padecimiento.
- Hable con las personas menores sobre posibles factores estresantes.
- Tenga consciencia de lo que exige a la infancia y adolescencia.
- Hable con las personas menores sobre el uso de las redes sociales.
- Cree una red de apoyo entre amistades y familiares.