Luego de que el pasado domingo Lola Cortés abandonara La Granja VIP, ahora rompió el silencio y habló sobre las razones detrás de ello, así como la ansiedad que vivió y lo difícil que fue el encierro para ella al estar lejos de su familia.
¿Por qué Lola Cortés decidió abandonar La Granja VIP?
De manera muy sincera, la actriz y cantante explicó en una entrevista con Malleza que su decisión la tomó desde semanas antes. “No me arrepiento de haber entrado, pero no pude”, confesó Lola conmovida, ya que reconoció que enfrentó un trastorno que le impidió continuar dentro del programa.
Durante la conversación, Cortés también reveló que lo más difícil no fueron las tareas del campo ni las estrategias del juego, sino el encierro. “Jamás imaginé que esto se tratara de un encierro, y este trastorno... no estoy hablando de flojera o berrinche. Las fobias son enfermedades muy difíciles de curar”, explicó.
La intérprete contó que padece un trastorno de ansiedad que se agrava en espacios cerrados o bajo situaciones de aislamiento, algo que en La Granja VIP se volvió inevitable. “Con el trastorno tienes que vivir, y vienes cargando con la fobia también”, expresó con total honestidad.
Otro de los factores que la afectó fue la dificultad para socializar. Lola reconoció que nunca ha sido una persona sociable y que suele apoyarse en alguien de confianza para comunicarse con otros. “Me cuesta muchísimo trabajo poder socializar”, admitió, añadiendo que en la granja el ambiente y la convivencia la sobrepasaron emocionalmente.
Este fue el momento definitivo de Lola Cortés en La Granja VIP
Sin embargo, Cortés explica que el momento decisivo llegó cuando, durante una dinámica del Día de Muertos, le mostraron la fotografía de su madre fallecida. Aquella escena la desbordó emocionalmente. “Si piensan que me hicieron bien, aquí se acabó”, recordó.
La actriz explicó que su salida también coincidía con fechas profundamente significativas: el aniversario luctuoso de su madre y el cumpleaños de su nieto. “Amo mi cumpleaños con mi familia, amo Halloween con ellos… y cuando vi lo de mi madre, dije: no, no, no, yo no voy a estar aquí”, enfatizó.
Por último, Lolita se dijo agradecida por la experiencia, pero consciente de sus límites: “Todo me jugó en contra, lo único que tenía a favor eran los animales y algunos compañeros que me ayudaron muchísimo”. Un testimonio que deja claro que, más allá del espectáculo, las emociones reales también pesan, y que reconocer los propios límites no es rendirse, sino una forma de valor y autocuidado.