Las discusiones de pareja son, en parte, algo inevitable. Pero hay una línea que no se debe cruzar: el usar palabras que hieren con intención, frases diseñadas para controlar, humillar o hacer sentir menos al otro en una relación.
Aunque suenen cotidianas o se digan en momentos de rabia, muchas de esas frases dejan heridas que el tiempo no siempre cura.
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¿Qué frases pueden dañar la autoestima en una relación?
De acuerdo con la Dra. Randi Gunther del portar Psycology Today, algunas palabras se lanzan con el objetivo de hacer sentir inseguro al otro, de desarmarlo emocionalmente. Son frases que atacan la confianza:
— “¿Quién te va a querer, si ni tú te soportas?”
— “No es raro que nadie quiera estar contigo”.
Estas declaraciones tienen un peso devastador. Minan la autoestima, hacen que la otra persona dude de sí misma y siembran desconfianza incluso en futuros vínculos. Lo más peligroso es que muchas veces se dicen sin medir su alcance real.
¿Qué tipo de comentarios rompen la confianza y el respeto mutuo?
Las frases que ridiculizan o desacreditan públicamente a la pareja suelen tener un impacto profundo. Por ejemplo:
— “Me avergüenza salir contigo”
— “La gente solo te tolera por lo que puedes darles”
Este tipo de mensajes no solo aíslan emocionalmente, también lastiman el respeto básico que debería sostener cualquier relación. Cuando se convierten en algo recurrente, el daño se acumula y se vuelve muy difícil volver a conectar desde un lugar sano.
¿Cómo evitar caer en una comunicación destructiva con la pareja?
El primer paso es reconocer los patrones. La necesidad de “ganar” una discusión, tomar el control o vengarse emocionalmente lleva a usar frases como:
— “No me importa lo que sientas, yo siempre gano”
— “Podría destruirte si me lo propongo”
Este tipo de interacciones son señales de alerta. Aunque el enojo o la frustración sean reales, usarlos como excusa para herir al otro con palabras calculadas solo aleja más.
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La buena noticia es que sí se puede salir de ahí. Muchas parejas lo logran cuando se comprometen a construir nuevas formas de hablar desde la responsabilidad, sin justificar el daño.
