El otoño deja hojas secas por todos lados: en tu jardín, en la banqueta, hasta dentro de tu patio. En otoño, las hojas que caen no son basura, son puro oro para tus plantas. Puedes recogerlas y, en lugar de tirarlas, dejarlas que se mezclen con la tierra; así se convierten en un abono natural que nutre tus flores y macetas.
Al descomponerse, estas hojas aportan humedad y minerales que hacen que la tierra se mantenga fértil y viva. Usarlas también ayuda a reducir fertilizantes químicos, como indica la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, y mantiene tu jardín mucho más sano.
Cómo preparar tus hojas secas de otoño para el abono
Hacer tu propio abono con hojas secas es más fácil de lo que crees:
- Reúne hojas limpias de tu jardín o patio; evita hojas mohosas o con basura.
- Tritúralas un poco: con las manos, con un rodillo o una trituradora de jardín. Cuanto más pequeñas, más rápido se descomponen.
- Mézclalas con restos de cocina como cáscaras de fruta, verdura o café molido.
- Mantén la mezcla húmeda pero sin encharcar. Cada semana revuelve un poco para airearla.
- Espera unas semanas: notarás cómo todo se transforma en un compost oscuro, suave y listo para tus plantas.
En palabras de expertos de la Universidad Autónoma de Chapingo, este tipo de abono mejora la tierra, aporta minerales esenciales y ayuda a que tus plantas crezcan más fuertes y bonitas.
Beneficios de usar hojas secas como abono en otoño
Usar hojas secas no solo es bueno para tus plantas, también es barato, ecológico y práctico. Ayuda a reducir la basura, disminuye el uso de químicos y potencia la vida del suelo, beneficiando a tus flores, macetas o incluso huertos urbanos.
Con este truco otoñal, tu jardín se llena de vida y tú contribuyes al planeta, todo al mismo tiempo. Además, al usar las hojas secas en tu espacio verde, ayudas a crear un ecosistema más equilibrado, lleno de vida y natural ¡en casa!