A veces, las inteligencias artificiales se atreven a opinar de cosas que parecen imposibles de medir: la belleza de un pueblo, su historia o la calidez de su gente. Y eso fue justo lo que ocurrió cuando le preguntamos a ChatGPT cuál es el Pueblo Mágico de Tamaulipas que menos vale la pena visitar.
La respuesta sorprende: Tula, un sitio tan antiguo como silencioso, que lleva siglos resistiendo al olvido. ¿Las razones? Aquí te las contamos.
Qué dijo la IA acerca de Tula, Pueblo Mágico de Tamaulipas
Según explicó la propia herramienta, su análisis tomó en cuenta reseñas de viajeros, nivel de popularidad en internet y número de visitantes.
En esos criterios, Tula apareció hasta el final de la lista, con menos menciones y fotografías compartidas que otros Pueblos Mágicos como Mier o Bustamante.
En otras palabras, para la IA, Tula no genera suficiente ruido digital. Pero claro, eso es algo que los algoritmos entienden, no necesariamente los viajeros.
Cuál es la historia de este Pueblo Mágico de Tamaulipas
Tula, en realidad, es el Pueblo Mágico más antiguo de Tamaulipas. Fue fundado en 1617, de acuerdo con los registros del Gobierno de México, y es considerado la cuna del estado.
Sus calles empedradas, la plaza central y la iglesia de San Antonio de Padua conservan ese aire detenido en el tiempo que muy pocos destinos logran mantener.
Además, en sus alrededores se encuentra la zona arqueológica de Tamtoc y el Puente de las Tres Maravillas, que asoma sobre el paisaje montañoso con una vista que deja sin palabras. Nada de eso aparece en los rankings de popularidad digital, pero sí en los recuerdos de quienes lo han visitado.
¿Realmente no vale la pena visitar el Pueblo Mágico de Tula, en Tamaulipas?
Probablemente, ChatGPT tenga razón si se trata de infraestructura turística o presencia en redes sociales: Tula es discreta, no presume grandes hoteles ni espectaculares. Pero ahí está su encanto.
Quien llega hasta este pueblo se encuentra con una calma que no se compra en ningún paquete turístico. Hay pan recién hecho en los portales, vecinos que saludan por nombre y un cielo estrellado que parece sacado de otra época.
Así que no, Tula no es el menos interesante. Solo es el menos ruidoso, el que todavía se mantiene al margen del turismo masivo y de los algoritmos. Tal vez, justo por eso, sigue siendo mágico.