Cuando una inteligencia artificial (IA) opina de belleza o encanto, el resultado suele generar polémica. Y eso fue justo lo que pasó cuando nosotros le preguntamos a ChatGPT cuál es el Pueblo Mágico de Michoacán que menos vale la pena visitar.
La respuesta fue inesperada: Tlalpujahua, un sitio escondido entre montañas, famoso por sus esferas navideñas y su historia minera.
Qué dijo la IA acerca de Tlalpujahua, Pueblo Mágico de Michoacán
Según explicó la propia herramienta, su análisis consideró reseñas de viajeros, nivel de popularidad en redes y cantidad de visitantes. Con esos criterios, Tlalpujahua terminó en los últimos lugares, muy por debajo de destinos más conocidos como Pátzcuaro o Santa Clara del Cobre.
En pocas palabras, ChatGPT concluyó que Tlalpujahua “no vale tanto la pena”. Pero los algoritmos, a veces, olvidan mirar lo esencial.
Lo que la IA no vio de este Pueblo Mágico de Michoacán
Tlalpujahua fue fundado en 1560 y conserva un centro histórico lleno de casas de cantera rosa y calles empinadas con vistas espectaculares.
Según información del Gobierno de México, su nombre proviene del purépecha tlalli (tierra) y puhua (germinación), y forma parte de la región minera que impulsó gran parte de la economía michoacana en el siglo XIX.
El pueblo se volvió famoso por su producción artesanal de esferas de vidrio soplado, que hoy se exportan a todo el mundo, especialmente durante la Feria de la Esfera en diciembre.
Además, cuenta con templos coloniales como el Santuario de Nuestra Señora del Carmen y miradores naturales que parecen salidos de una pintura.
¿Realmente no vale la pena visitar Tlalpujahua, Pueblo Mágico ubicado en Michoacán?
ChatGPT subraya que la infraestructura todavía no es adecuada si se mira desde la óptica turística: Tlalpujahua no está lleno de resorts ni de grandes restaurantes. Pero eso no significa que carezca de magia. Al contrario, su encanto radica en lo que no tiene: en el silencio, en el olor a pan recién hecho y en la calidez con que sus habitantes saludan al visitante.
Quien llega a Tlalpujahua se encuentra con un pueblo que todavía vive a su propio ritmo, donde los relojes parecen moverse más despacio y donde la Navidad se siente todo el año.
Así que, más que el “menos interesante”, este pueblo es uno de los pocos lugares donde la magia sigue siendo real, aunque los algoritmos no sepan medirla.