Pocas cosas se sienten tan bien como salir de la ducha y envolverse en una toalla suave, calientita y esponjosa. Pero con el paso del tiempo, muchas acaban duras, ásperas y con un olorcito sospechoso, aunque se laven con frecuencia. ¿La razón? Un error supercomún al lavar las toallas que pasa desapercibido en muchísimos hogares.
Ese hábito tan práctico de meter la ropa y las toallas juntas en la lavadora, para ahorrar ciclos o espacio, podría estar arruinando la textura de tus toallas sin que lo notes. Y sí, hay razones de sobra para dejar de hacerlo.
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¿Es malo lavar las toallas y la ropa en el mismo ciclo?
Aunque a simple vista parezca una buena idea, lo cierto es que mezclar toallas con ropa no es nada recomendable. Por varios motivos, según CosasdeCasa:
- Higiene: Las toallas acumulan humedad, células muertas y gérmenes tras cada uso. Al mezclarlas con la ropa, esas bacterias pueden terminar pegadas a las fibras de tus prendas favoritas.
- Pelusas por todos lados: Las toallas de algodón suelen soltar pelusa, y esa pelusa luego se pega a toda la ropa. Especialmente a las prendas oscuras o de materiales sintéticos.
- Necesitan ciclos distintos: Las toallas requieren agua caliente o tibia, ciclos más intensos y enjuagues profundos. En cambio, la ropa —sobre todo si es delicada— no siempre soporta ese tipo de lavado.
¿Cuál es la forma correcta de lavar las toallas para que sigan suaves?
El primer paso es separarlas bien. Blancas por un lado, de color por otro. Y si son de microfibra, también van aparte. Cada material tiene su propia “receta” para mantenerse en buen estado.
Lo recomendable es lavarlas con agua caliente (si son blancas de algodón) o tibia (para las de color) y usar un detergente con enzimas, que elimine suciedad sin dañar las fibras.
Otra clave importante: no sobrecargar la lavadora. Las toallas necesitan espacio para girar, enjuagarse bien y eliminar residuos. Si se apelmazan, no se lavan como deberían, y ese olor a humedad que a veces queda… tiene explicación.
¿Qué otros tips ayudan a mantener las toallas esponjosas?
- Evitar suavizantes en cada lavado. Sí, suena raro, pero el exceso de suavizante puede saturar las fibras y hacer que se vuelvan duras.
- Agregar un poco de vinagre blanco de vez en cuando puede devolverles la suavidad sin dañar los colores.
- Secarlas bien (y a poder ser, al sol) ayuda a eliminar bacterias que causan mal olor.
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Con unos pocos ajustes, las toallas pueden durar años en buen estado. Porque sí, lavar bien también es una forma de cuidar lo que ya se tiene en casa.