Con el invierno a la vuelta de la esquina, mantener la casa a una temperatura adecuada se vuelve una necesidad para garantizar confort y bienestar. Un hogar templado permite transitar los días más fríos de forma agradable, pero también plantea un desafío importante: evitar gastar de más en calefacción. En el afán de conservar el calor, muchas personas elevan el consumo energético sin notarlo, pero con estos consejos podrás evitar este problema.
- Aprovecha el calor natural: durante el día, abre cortinas y persianas para permitir que el sol caliente los espacios de forma natural. Esta energía gratuita ayuda a elevar la temperatura interior. Al caer la tarde, ciérralas para evitar que el calor acumulado se escape y mantener los ambientes templados por más tiempo.
- Sella puertas y ventanas: pequeñas rendijas pueden provocar una gran pérdida de calor sin que lo notes. Colocar burletes, selladores o cortinas térmicas es una solución económica y eficaz que mejora el aislamiento y ayuda a mantener una temperatura más estable dentro del hogar.
Tener los elementos adecuados en casa para el frío permite estar abrigados y cómodos sin necesidad de gastar.|Fuente: Canva - Calienta solo los espacios que utilizas: no es necesario calentar toda la casa si pasas la mayor parte del tiempo en pocos ambientes. Cierra las puertas de las habitaciones que no usas y concentra la calefacción en las áreas principales para optimizar el consumo.
- Usa la calefacción de forma eficiente: mantener una temperatura moderada y constante evita picos de consumo innecesarios. Subir y bajar el termostato de manera brusca hace que el sistema trabaje de más y consuma mayor energía.
- Agrega textiles que abrigan: alfombras, mantas y cortinas gruesas ayudan a conservar el calor y reducen la sensación de frío. Además de aportar comodidad, estos elementos decorativos permiten mantener una temperatura agradable sin depender tanto de la calefacción.
¿Cuál es la temperatura ideal en casa en invierno?
La temperatura ideal dentro del hogar en invierno suele ubicarse entre los 19 y 21 °C durante el día. Según el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) este rango permite mantener una sensación térmica confortable sin generar un consumo excesivo de energía. Además, es una temperatura recomendada por especialistas porque favorece el bienestar general, evita ambientes demasiado secos y reduce el contraste térmico con el exterior, lo que ayuda a prevenir resfríos y molestias físicas.
Durante la noche, la temperatura puede ser un poco más baja, entre 16 y 18 °C, ya que el cuerpo necesita menos calor mientras duerme. Mantener el dormitorio ligeramente más fresco mejora la calidad del descanso y evita el sobrecalentamiento. Para compensar, es recomendable usar ropa de cama adecuada, como edredones o mantas, en lugar de subir la calefacción durante toda la noche.
Por su parte, el Instituto Catalán de Energía menciona que superar los 22 o 23 °C en invierno no solo incrementa el gasto energético, sino que también puede generar incomodidad, sequedad en el ambiente y dolores de cabeza. Mantener una temperatura moderada, junto con una buena ventilación y aislamiento, permite lograr un equilibrio entre confort y ahorro. Ajustar correctamente la calefacción es clave para cuidar la salud y el bolsillo durante los meses más fríos.