El mundo de la numismática está lleno de sorpresas. A veces, monedas olvidadas en un cajón terminan siendo unas piezas muy buscadas por coleccionistas. Y en México, algunas ediciones conmemorativas se han convertido en verdaderos tesoros.
No por lo que dicen en el anverso, sino por su historia, su rareza… y los miles de pesos que se están pagando por ellas.
¿Qué monedas conmemorativas mexicanas se consideran valiosas?
Entre las que más han llamado la atención recientemente están tres piezas muy específicas que han comenzado a circular en espacios de compraventa de coleccionistas:
- Balancita 1950 PL 4ta Ley .300: esta pieza destaca no solo por su antigüedad, sino por el tipo de plata con la que fue acuñada. Su diseño clásico y el buen estado en el que suelen encontrarse la convierten en una de las favoritas del segmento. En sitios especializados se ofrece en $250 pesos, pero su valor puede aumentar dependiendo del estado de conservación.
- Moneda de 1958 PL 4ta Ley O.100: representa otra joya de mitad del siglo XX. Se trata de una pieza que, por sus detalles y nivel de plata, también ha generado interés entre quienes buscan colecciones completas.
- Moneda de 1959 PL 4ta Ley O.100: similar a la anterior, pero emitida un año después, es parte de esos pares que muchos desean tener juntos. Actualmente, el par de 1958 y 1959 se ofrece por $300, aunque hay quienes están dispuestos a pagar más si están en estado impecable.

¿Por qué estas monedas se están cotizando entre coleccionistas?
El secreto está en varios factores: el año de emisión, el tipo de aleación (algunas tienen plata de cuarta ley), la escasez y, por supuesto, el estado físico. Si están bien conservadas, sin rayones profundos ni desgaste, su valor puede multiplicarse fácilmente.
Además, al tratarse de piezas conmemorativas de hace más de 60 años, hay quienes buscan estas monedas no solo por el valor económico, sino por lo que representan dentro de la historia de la moneda mexicana.
¿Dónde se pueden vender monedas conmemorativas en buen estado?
Las opciones son muchas: desde grupos de Facebook especializados, hasta casas numismáticas formales o sitios de subasta. Lo más recomendable es contar con una evaluación profesional antes de vender, ya que en ocasiones el precio publicado no refleja su valor real en el mercado de coleccionistas.
Quien guarda una de estas monedas sin saberlo, podría tener en sus manos algo mucho más valioso que el número que aparece grabado.