La chancla, temida durante años en los hogares mexicanos, ahora pasó de ser símbolo de disciplina a un espectáculo lleno de risas. En distintos estados del país, madres protagonizaron competencias que unieron tradición, diversión y recuerdos familiares. Lo que inició como una actividad sencilla en escuelas y barrios terminó convirtiéndose en furor en redes, acumulando vistas y comentarios por millones.
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La chancla, ahora con aplausos
En Yucatán, el Telebachillerato Comunitario de Dzan festejó el Día de las Madres con un reto peculiar: las concursantes debían lanzar la chancla hacia una mesa repleta de obsequios. Quien lograba acertar, se llevaba un premio. El momento fue bautizado como “La chancla power” y rápidamente conquistó a usuarios que aplaudieron la puntería de las mamás yucatecas.
El fenómeno también se replicó en otras regiones. Vecindarios organizaron juegos parecidos donde el objetivo era derribar torres de botellas con un solo tiro. Entre carcajadas, en internet surgieron frases como “la chancla solo pega con enojo” o “funciona mejor cuando la mamá está furiosa”, reforzando el lado humorístico de la tradición.
Viral y con sabor a nostalgia
Los clips se propagaron con rapidez en redes como TikTok, Instagram y Facebook, alcanzando más de un millón de interacciones en cuestión de horas. Lo que antes era recordado como un miedo de infancia, ahora se transformó en un motivo de celebración y convivencia. La chancla dejó de ser un símbolo de corrección para convertirse en un emblema cultural que genera alegría colectiva
En los comentarios no faltó el ingenio de los internautas, expresiones como “mi mamá hubiera arrasado” o “merece la chancleta dorada” se hicieron virales. Esa fusión entre tradición y humor digital convirtió el reto en algo más que una simple dinámica: un tributo al ingenio popular mexicano.
Lo que en otros tiempos evocaba disciplina y respeto en los hogares, hoy forma parte de la memoria compartida. Estos encuentros no solo revalorizan costumbres pasadas, también evidencian cómo un objeto común logra reinventarse en la era de internet. Entre aplausos, regalos y puntería precisa, las mamás mexicanas mostraron que la chancla sigue vigente, aunque ahora como espectáculo.